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viernes, 3 de abril de 2015

Diamantes (Aún sin titulo) II

Capítulo II

A la mañana siguiente todo habría acabado si la señorita Brooks hubiera entrado en la empresa como tenía planeado y borrar todas y cada una de las pruebas, pero se entretuvo escuchando algo que fuese aún más importante todavía: una conversación entre el Sr. Clayton, jefe de personal, y el señor Müller, el jefe.
Este ultimo era de origen de alemán, pero se había marchado a la Bretaña para hacer fortuna, decía que como hacer dinero era mejor hacerlo en la cuna del dinero. Los ingleses atañan siempre a comprar diamantes y cosas preciosas para sus mujeres y que mejor manera que montar una empresa para satisfacer a las joyerías de la ciudad vendiendo todas las piezas de diamantes y hasta hace unos años diseñar las mejores joyas de toda Londres, e incluso el Sr. Müller tenía otros negocios importantes fuera de Europa e incluso decía que en cuanto se casara con su hija ese tal cazafortunas invertiría en todas esas empresas, aunque la inversión sería más bien una auténtica ruina, ya que no existe ninguna, aunque para este ladrón que roba a grandes masas si quería robar era mejor que tuviese las famosas empresas fantasma; fortuna fantasma por aquí, fortuna fantasma por allá... y así sucesivamente.

Finalmente esto acabó en una interesantísima conversación en la que Jane Brooks se veía más bien entre la espalda y la pared. El señor Müller amenazó al señor Clayton a que si no se encontraba al culpable se culparía al señor Clayton, aunque este mismo le dijo que el seguro tenía como previsto sospechoso al señor Wells y que el seguro pagaría sin lugar a dudas, pero que de los diamantes ni rastro. Si el seguro no indemnizaba a la empresa, esta se declararía en ruinas total.

Jane Brooks salió de ese edificio sin que el jefe de seguridad la descubriera, aunque por una parte se fue contenta porque no encontrarían en ningún momento a los diamantes, pero su amigo Wells estaba metido en un buen lio, y la mejor manera de hacerlo era hacerlo desaparecer. Su olvido fue borrar las huellas del despacho de la planta 3ª.

A la mañana siguiente cuando todo el mundo se hallaba centrado en su trabajo, cuando cada mañana no se empieza sin un buen tazón de café, administración con los papeles para arriba y abajo, los jefes reunidos y el seguro vigilando a cada cual que moviese un minúsculo dedo. Jane Brooks como cada mañana llegaba a su trabajo, entraba en el despacho del Sr. Hoffman para que le diera instrucciones si era necesaria su intervención, hacer informes falsos por si se necesitaba maquillar algún númerito por si llegaba alguien no esperado y la empresa se iba al traste. Era fundamental que los inversores no se dieran cuenta de nada y, mucho menos ahora ya que la prensa había dado rienda suelta al asunto de los diamantes y según The English Times decía que a causa del robo la empresa se hallaba en una pérdida inusual de dinero constante. La señorita Brooks tenía el suficiente trabajo con el señor Hoffman, vicepresidente de la empresa, para maquillar absolutamente todo, aunque esto de maquillar informes a la señorita Brooks no le disgustaba su trabajo, pero tampoco le llegaba a caer del todo mal porque el Sr. Hoffman era un señor bastante amable y poco preocupado de su trabajo, cada dos por tres la dejaba sola para que siguiera con su trabajo mientras que ella mecanografiaba y hacía cuentas sin jefe o al menos lo aparentaba durante la ausencia de su jefe y se dedicaba a leer su revista favorita o en consecuente a poner el oído mientras aparentemente hacía su trabajo, visitaba el baño para curiosear desde dentro para escuchar lo que se decía sobre los diamantes, o escuchaba detrás de los despachos, avisaba sobre los últimos avances al señor Wells en la cabina de limpieza donde nunca a nadie se le ocurriría poner un pie. Para el resto de los integrantes de la empresa pisar un pie en la cabina de la limpieza era un pecado mortal porque era como contagiarte de la lepra sin haberlo hecho.

Así que mientras la señorita Brooks mecanografiaba el seguro, el señor Elliot Hamilton, un señor de 1,80, delgado, bastante serio y difícil de engañar, era de los típicos que hasta el más mínimo detalle lograba concentrarse en su mente y hallar la solución en un santiamén. Le preguntó:
-Señorita Brooks ¿no es así? Corríjame si me equivoco.
-Sí, ese es mi apellido. Brooks.
Sin apartarle la mirada a Brooks como si supiera lo que le iba a responder ella, realizó su pregunta.
-Señorita Brooks, ¿usted que cree sobre quién puede ser el sospechoso?
-Pues no lo sé.¿Qué es lo que usted piensa?
Mientras seguía mecanografiando el señor Hamilton se le escapó una leve risa como si aquello lo que le hubiese contado fuese una simple burla.
-El señor Wells era el único que tenía acceso a esa cámara. Toda la empresa apunta al señor Wells o al menos cree saberlo.
-¿Y usted que opina?
-¿Qué es muy probable que pueda ser él? Lo único que no me cabe en la cabeza es como pudo haberlo hecho si supuestamente aquel pasillo donde se encontraba la cámara estaban los baños que son bastantes frecuentados por los empleados y, al final del pasillo oficinas con la señorita Margaret Smith que asegura entre las 18:00-20:00 h ver al señor Wells limpiando el suelo de mármol y se llevó bastante tiempo, sin embargo es la única persona que tiene acceso a ella.
-Pues entonces opino lo mismo que usted.
-¿El qué?
-Que es el sospechoso.
-Señorita Brooks, usted es la secretaria de presidencia. El señor Wells se encuentra en el despacho de la planta baja. ¿Quisiera usted venir conmigo por favor?
-Claro, iré con usted, aunque no debo de tardar mucho. El señor Hoffman está a punto de llegar.
-No se preocupe por el señor Hoffman. Estoy seguro de que ha ido hacer alguno de sus recados.




lunes, 30 de marzo de 2015

Retazos de una carta II

La última carta lo dejó echo pedazos. Sentado mirando a la nada, parecía que se le hiciera todo un mundo. En ese momento, se le hacía todo tan grande que una nube deseosa de acariciarle con la palma de su mano no dejaba de recordarle esas ilusiones tan perdidas y desalentadoras presentes en el cajón del olvido y, desde aquel momento solo había sido una burla desesperada de una chica caprichosa, una niña de papá.

La idea de quitársela de la cabeza no desaparecería nunca salvo si probaba de nuevo otra vez con la misma chica. Tal vez una sola llamada acabaría por simplemente quitarle el deseo de volver a cabalgar sobre esas piernas tan suaves y sedosas como la propia tela aterciopelada que una vez acabado ese deseo se escaparía como el humo del cigarrillo encendido. El recuerdo de aquellas delicadas curvas y apetitoso olor se resplandecía sobre el más puro y verdadero recuerdo que sobrevolaba en una realidad extrema, pero que tan solo el producto de su propia imaginación le hacía tan solo verla en el mismo bar donde el se encontraba.

El humo resplandeciente del cigarro enmudecido en sus pensamientos le hizo clavar su mirada en la chica que se encontraba sentada en la barra con un traje ajustado con acento sudamericano que envolvía al camarero en su aureola de encantamientos. Sin lugar a dudas sabía perfectamente que no volvería a ver nunca más aquella chica de la falda corta y que aquella chica sudamericana no le llegaba ni a la suela de los zapatos, sin embargo no pudo apartar la mirada de aquella chica.
Bastó con tan sólo una mirada para que aquel encantamiento del abandono ocaso del camarero se centrara en tan solo unos ojos que llevaban largo rato clavados en aquel cuerpo dolorido lleno de heridas que se ocultaban tras un pensamiento centrado en olvidar y tirar por la borda aquellos alfileres de recuerdos de aquella chica con falda corta. Aquellos ojos penetrantes de placer jugando a mover la pajita con la lengua, pero pensó que tal vez fuese una locura.

Sin duda alguna pensó que la mejor manera de olvidar era centrándose en el trabajo porque muchas personas se centran tanto en su trabajo que les ayuda a olvidar ciertos problemas que le ocurren en la vida, aprenden a ignorar los problemas de la vida: las tristezas que a veces dan a lugar a inyecciones de dolor que precisamente no te curan de ello, sino te obligan a quedarte con ello durante un tiempo hasta que llegue la vacuna del tiempo que templa los dolores y las fiebres para empezar una nueva vida. ¡¡Y una mierda!! la mejor cura es el trabajo, así que lo que hará mañana será levantarse temprano, le dará los buenos días a Carmen, a su jefe le entregará el proyecto que tenía pensado, le dedicará su tiempo plenamente a su trabajo y a su perro que nunca te abandona. Las mascotas nunca te abandonan y, no es que lo digan las asociaciones de animales ni ese tal partido PACMA, sino que está totalmente demostrado que los animales son mucho mejores que las personas, aunque estés triste ellos siempre te intentan animar aunque sea solo sea para que les des comer o le hagas un poco de caso por la tarde.

Aunque no sabría que opinar sobre su propia opinión, aunque ni tan siquiera sabría que diría su amigo Carlos que se acaba de entrar por la puerta y sin ton ni son se ha pedido para no variar a las once de la noche su maravilloso y rutinario Whisky doble.
-¿Qué bonita la mañana no?
-Carlos, escucha tus sonrisas me producen vómitos cuando mis mañana son tan grises como la chaqueta que llevas ahora mismo.
Carlos cuando recibía una de estas respuestas de Jaime, su compañero de trabajo, sabía perfectamente que no eran en serio. A veces la confianza daba asco, aunque en cambio a Jaime los ojos se iban perfectamente para aquella sudamericana que ansiaba pescar a un hombre que pudiera darle su comedidos todos los días y traer sus hijos a ese país y, Jaime lo sabía perfectamente porque era la misma que se sentaba en el bar a pescar el camarero o cualquier hombre deseoso de pescar una mujer nativa de la mismísimas tierras colombianas.
-Oye hombreton, ¿no me invitas a una copa?
-Lo siento belleza, pero de tanto en cuando prefiero invitar a mi mujer.
No es que Jaime tuviese mujer, pero prefiere dejar las cosas claras. Siempre pensó que el casarse está siempre demás en su vida, aunque si lograba pasar la prueba del amor quizás pudiese revolcarse entre sus sabanas con ella, pero solo una noche porque a veces algunas mujeres confunden una noche corta con una bastante larga.
Carlos ante esta conversación se encontraba entre sigilos de risas y, menos mal que estaba de espaldas a esa mujer porque de lo contrario se hubiese llevado una buena torta. No es que fuese Carlos un hombre bastante decente porque de vez en cuando sacaba sus notas infantiles para sacarlas a escondidas y otras veces sacaba el dandi seductor cuya afición era saltar de cama en cama, aunque de todas formas las sudamericanas no eran su tipo, así que gustosamente aunque Jaime quisiese ligarsela tendría todo el campo de batalla libre.

Por otro lado, Alicia enmudecida en sus sueños de encontrar o quizás olvidar al hombre que una vez la rechazó por otra mujer, pensó que la mejor manera de olvidar no era precisamente refugiarse en su trabajo como había pensado Jaime con aquella chica de la falda corta cuyo nombre era Suzanne.
Alicia era más bien una chica inocente atrapada en un mundo de fantasía y en cada parte de aquel jardín bonito en el que se encontraba eran más bien chascos y pelotas que iban directamente apalancarse en su propio camino para no dejarla seguir adelante en el mismo. Alicia, Ali para los amigos, era muy reservada y no solía contar a nadie nada de lo que le ocurría. Ella tan solo buscaba las soluciones a cualquier problema que le planteaba la vida mediante la experiencia y, quiera o no había aprendido una cosa desde lo de Jaime, pero prefería dejar las cosas como estaban. Aunque el viejo tópico de que las mujeres pelirrojas que siempre dan asco estaba a la orden del día. Todos los hombres dan asco, y que tan solo el minúsculo cerebro masculino solo aprecia el físico y el color rojo produce vómitos. Puede que fuese una exageración, pero lo que estaba segura era de que quizás no resultase como ella había previsto.
Nunca fue demasiado coqueta y se centró demasiado en su doctorado, aunque el centrarse en su doctorado no fue nunca motivo alguno para no ser lo suficientemente coqueta. Siempre apreció más la naturaleza real que la cobertura comedida del físico, aunque también era muy apasionada e inocente que resultó estar saliendo con hombres rana.
Recuperarse y lanzarse al vacío para encontrar a alguien no era del todo demasiado fácil, ya que después del rechazo por parte de un Jaime le causó al principio un transito desleal y pensarse si seguir adelante o no, quizás fuese un auténtica locura seguir adelante e intentar buscar a aquella persona que se encontraba oculta y que sin cesar la estaba esperando, pero ¿y no hubiese nadie al otro lado de su camino y lo que le deparase al destino fuese no compartir su vagón de tren nunca?

Las películas le habían llenado la cabeza de pájaros y que estas cosas del amor eran cosa de dos días. Un sorbo más y todo habría empezado de nuevo, tendría que salir y sentarse en una de las mesas y conocer a 15 chicos en siete minutos. Es algo nuevo, algo innovador, conocer a una persona en siete minutos, algo que era la primera vez que conocía, no sabía ni como funcionaba ni como iba a suceder, ni que preguntas se le ocurriría hacer...
Atacada de los nervios, en la barra del bar esperando a que la encargada del asunto diese por abierto el speed dating. Aquella mujer tenía que dar las instrucciones pertinentes para saber como se debía de participar, te entregaban un seudónimo y voila!! a sentarse en aquella mesas pequeñas con taburetes de madera y una decoración pasada de moda.

Aunque sabía perfectamente que todo sería igual que la ultima noche ninguno votaría al sí, todos votarían al no y nada más que por su aspecto con un traje ochentero de estilo hippy y una cinta a la cabeza. Su estilo hippy nunca llamó mucho la atención a nadie en el sentido positivo, más bien al sentido negativo y múltiples habladurías a escondidas. En comparación con algunas mujeres que se encontraban en aquel lugar preparadas para empezar ella a su lado era lo más antiguo y ochentero que podía pasar por el bar. Todas pintadas come peponas y ella con un maquillaje bastante natural.
Por un momento pensó que la mejor manera era retirarse del asunto y dejarlo todo correr, si el destino había decidido que se quedara sola con su doctorado, su perro y su gato, pues debería de aceptar el destino tal y como se lo tiene preparado, pero por otro lado si le dijese eso a su abuela le daría dos cachetadas en la cara y la empujaría a que aunque fuese por ultima vez, ya que nunca había ido a un sitio de estos que lo probara, así con poco ánimo, pero oculto y presentando un falso estado de ánimo positivo participaría en aquel speed dating y, al menos a sacarle partido a algo en que al menos la bebida era gratis.



































martes, 17 de marzo de 2015

Londres 1950


Iluminado por la luz de la luna frente al Tamesis, cuyo reflejo transparente se asomaba en la misma agua, el humo del cigarro le recordaba cada punto de los últimos momento más cruciales.
Sabía que lo que había hecho estaba mal, y que por consecuente si se descubrían donde se encontraba el plan se iría al traste.
El frío se posaba sobre su cuerpo sin mediar una palabra, aunque era frecuente que le recordara que un minuto más y todo sería el final ¿qué habría ocurrido? ¿lo habían descubierto? El plan era perfecto y, la compañía de seguros indemnizaría a la empresa cuando viera de que no hay pruebas suficiente para culpar a nadie y, mucho menos al señor de la limpieza, que aunque el mismo no lo fuera del todo, pero todo se hallaba en una sencilla recomendación.

Lo cierto, es que no había sido muy difícil. Había entrado a trabajar en una de las mayores empresas del país y, no era tan difícil como parecía. Unas cuantas sonrisas, un buenos días y un estudio completo del plano y las medidas de seguridad de una empresa que atañaba a la vejez en cuanto a tecnología de seguridad. Le dijo el señor Clayton en su primer día de trabajo:

-No se preocupe señor Wells, todo está bajo control. Nunca nadie se ha atrevido a entrar en nuestra empresa. Usted solo preocúpese de dejar la empresa como los chorros del oro, así que no tema por nada. Nadie se atrevería a robar a esta empresa, ni la mismísima casa real inglesa.

¡¡Iluso!! pensaba que nadie entraría en susodicha empresa y que nadie descubriría el tesoro que se hallaba escondido en esa maldita cámara. Un año trabajando en esa absurda empresa para tan solo robar un sencillo tesoro que estaba destinado para el día de la boda de la hija del magnate de la empresa. Con unas cuantas de esas piedras se iba hacer un maravilloso collar para lucirlo en el día más especial de su vida, en el que había asomado la sonrisa con un cazafortunas que decía tener no se cuantos terrenos, empresas en EEUU y Europa... y, que ahora se compraría unos cuantos barcos para su luna de miel en el que daría largos paseos por el mar acompañada de una estúpida niña rica que cree haber encontrado a su príncipe azul.

La luna y la calle solitaria serían los únicos testigos de lo ocurrido aquella noche y, allí plantado al lado de la farola, acompañado de su soledad y con un cigarro a medio acabar esperaba ansioso a su cómplice. La puntualidad nunca fue una de sus mayores virtudes, la conoció en un viaje que realizó a Nueva York en la inauguración de una obra en la que se hacía pasar por uno de esos expertos en arte.
-¿Y bien?
Una bella dama con una melena negra, unos labios rojos y un largo abrigo negro que impedía que la humedad se posara sobre su cuerpo. El frío por la noche apretaba más que de día. Se dibujó una expresión de desconcierto en el rostro de aquella mujer:
-...¿Y bien qué?...
-¿Qué va a ser? No pretendas que adivine que es lo que ha dicho el seguro.
-Ah!! claro, están investigando.
-¿Y?
-Y nada.
Acabó por perder los nervios, tirar el cigarro...la desesperación le cubría por completo. Cuando su cómplice se ahorraba las palabras ten por seguro que algo andaba mal.
-¡¡No me mientas!! ¡¡¿Cuándo lo han descubierto?!! ¡¡¿Qué saben?!!
-¡¡Nada!! cálmate!! no pasa nada. Solo son un par de imbéciles que creen saberlo todo.
-Ah!! y pretendes que me lo crea. ¡¡¡¿Qué es lo que ocurre Jane?!!
Ella suspiró:
-Creen que eres el sospechoso porque eres el único que tenía acceso a esa cámara.
Apreciado por la verdad que había dicho su compañera de robos sabía que esta vez acabaría entre rejas. Todo se había acabado y, una vez dentro tendría que buscar la manera de escapar de la cárcel ¿y cómo escapar de allí? Si todo esta totalmente vigilado. Sumergido en los pensamientos de cuantos años le caerían, como podría salir de allí, si podría infiltrar a alguien en la cárcel...
-¿En qué piensas?
-¿En como salir de la cárcel? ¿no pretenderás que mi cuerpo se quede inmune en la cárcel, pensando en cual sería mi siguiente golpe cuando salga de allí.
-¡Estoy segura que aún podemos salir de esta!Ahora que lo recuerdo dejé mis huellas en el despacho de la planta 3ª.
-¡¡¿¿Qué?!!! ¡¡se supone que tenías que usar guantes!!!
-¡¡Espera!! ¡¡espera!! pero yo llevo la administración yo podría haber entrado en el despacho para simplemente dejar unos informes que dejé.
-jajajaja me ruborizas... ¿tú estás tonta? Pareces novata. ¡¡¡Tú solo tenías que coger las llaves y salir de allí cagando leches!!!
-Tenemos que devolverlos. La aseguradora no va pagar ni un duro y estamos a la espera de que ya hayan descubierto nuestras huellas. Solo tenemos que desaparecer ya.
-¡¡No pienso devolver ni una sola libra de esos diamantes!! una vez que todo haya acabado desapareceremos como hacemos siempre ¡¡¡¿ y tú?!!! tendrás que mantener la boca cerrada sino quieres que nos cojan. La aseguradora por la cuenta que le trae: pagarán. Solo es cuestión de tiempo y de no tener ni una sola prueba de ello. Tenemos que eliminar esas pruebas antes de que las encuentren.
Ni la más mueca de viento que se asomaba en el pernil de la noche se atrevía a darse libertad para opinar sobre aquello que estaba ocurriendo en ese momento. Ni tan siquiera la opinión que se cernía o que debiera cernirse inclinándose a la solución de ambos se quedó muda al ver que se quedaban sin diamantes y sin el sueño de poder viajar juntos hacía Mongolia, el país del budismo, el país de la propia libertad y del descanso supraterrenal. Disfrutar de los lares salvajes, los templos y de seguida marcharse a disfrutar de la cultura oriental de la India, aquellos parajes del disfrute y del gozo y, hospitalidad, contagiarse de la alegría de aquella cultura oriental y desconocida para muchos, pero amenazada y despreciada por otros que creen sentirse superiores.

Sin duda alguna después de la despedida de Jane Brooks se apoderó de el una fuerza bruta contenida por la impotencia de la solemnidad y la tranquilidad de asumir este asunto de una manera mucho más civilizada y, de no haber sido así le habría arrancado la cabeza para que no dijese ninguna palabra de todo aquello, pero no le quedaba otra que confiar en ella y depositar toda su confianza como lo había hecho hace tiempo.

Jane Brooks era un mar de dudas, sin saber que camino era el indicado para marchar a su casa. Ella misma creía estar metida en un maldito maremoto y, que del cual se hallaba atrapada en una isla que iba a ser arrasada por aquel maremoto representado por el propio seguro que se hallaba buscando una solución a tal elocuente desaparición de unos diamantes que se encontraba guardados en una cámara en el cual tan solo el único que tenía acceso era el señor Wells, el señor de la limpieza, pero aún así los diamantes custodiados se encontraban en buen puerto y, la manera de salir adelante estaba tan oscuro como la calle, aunque si se lo pensara de nuevo quizás hubiese alguna luz, aunque fuese lo más pequeña posible como la farola de la calle que iluminaba una porción de la calle.
Ahora lo único que tendría que hacer sería marcharse a casa y dormir, quizás también debiera de convertirse en cristiana y ponerse a rezar como decía su madre:
-”Cuando las cosas se ponen feas, reza siempre a Dios siempre tendrá un hueco para nosotros, aunque hayamos sido pecadores el siempre nos buscará una solución para que podamos salir adelante, pero debemos de saber cual es la que nos envía el.”
Era muy fácil encontrar la solución a todo refugiándose en las faldas de aquel viejo barbudo que nos ponía a todos a prueba: ¡¡Maldito imbécil!! siempre fue el mal del ser humano, pero que mejor manera que quitárnoslo de encima actuando antes de que el nos de la solución incorrecta. Tenía la posibilidad de que la solución de que el le enviara fuese más bien la cárcel y hacerle pagar por ello, aunque el seguro se hallaba más cerca que nunca de aquellas pruebas, así que lo mejor sería que se diese la vuelta hacía la empresa y borrar las pruebas antes de que ellos la encontraran y le inculparan a los dos, así el señor de la limpieza, George Wells, saldría impune de aquello. Parecía que tras haber dado la vuelta al coche las casas y clubs pequeños quedaban sumergidos en una aureola por haber retomado el camino correcto. Una señal, habría sido una señal que le habría enviado ese ser barbudo.



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miércoles, 21 de enero de 2015

El golpe

EL GOLPE

Madrid 10:15 a.m

La mañana se encontraba despejada, un resplandeciente rayo de luz iluminaba todo el salón, la radio como siempre encendida por la mañana diciendo las noticias de primera hora, ya que el comprar el periódico le resultaba un poco aburrido. Demasiada gente en las papelerías esperando agotar hasta el último periódico, pero por otro lado las quinielas llenas de ilusiones que finalmente se convertían en desilusiones demasiado rápido.
¡¡Pobres infelices!! no deberían de tener tanta rapidez en gastar su dinero en una inversión al azar, jubilados esperando ampliar su sueldo de jubilación con caprichos innecesarios, viviendo felices y disfrutando de una calidad de vida que finalmente pasaría como herencia a sus hijos, aunque es demasiado triste escuchar eso, pero la mayoría sólo gastan una parte y el resto se lo dan a sus hijos, cuyos hijos malviven con ellos infelizmente con sus parejas, sus hijos, el perro, el gato, el loro...y al final se encartan en 8 o 9 en la casa con un sueldo mísero e insignificante, pero con un poco de suerte le sabrá bien saber que según la radio esta mañana le suben un 1% de pensión, pero durará poco porque en realidad le desquitan un 2% de esa misma pensión.

España, España, España adorada España que en los años setenta se envidiaba tu riqueza y ahora tan solo viven ricamente 70 familias, el resto envejece mal y con más desahucios, ya que se han desahuciado ya a 15 familias en tan solo 2 meses ¡¡increíble!! ¿verdad?.
Se va a dar una pensión compensatoria de tan solo 420 euros a familias con pocos recursos que hayan trabajado al menos un miembro de la familia 15 años cotizados siendo familia numerosa e hijos menores, ex-yonki cuya paga te dura toda la vida por ser simplemente así o bien divorciada, madre soltera o pertenecer a la etnia gitana que se encuentran tan marginados que nadie les ayuda por eso reciben educación, muchísimas ayudas y salen beneficiados por todos los lados o quien sabe, lo mismo le da porque te encuentres en el semáforo de abajo de casa de la esquina seas negro y compres los pañuelos de Colhogar en la perfumería para luego venderlos por 1 simple euro porque hoy en día te dicen los medios: ¿Qué es 1 euro? No es nada, no seas rácano, pero a la vez suben los precios del mercado hasta que un simple aceite te cuesta 3 euros, mientras tanto te aprietan el cuello con la corbata para asfixiarme con los impuestos.

Bruselas mete caña al gobierno diciendo que o sale de la crisis o fuera de Europa y el presidente del Gobierno: Manuel Marenas dice que sólo queda pasar la parte difícil y le pone el culo a Bruselas porque teme que le enmarañen la señora alemana Agneta Burkel que lleva todo el cotarro de Europa.
Finalmente le pondrá un parte a España y por castigo, le subirá aun más la tasa a pagar, y por supuesto sin olvidar a la ministra de empleo, Mara Bonete, y su intachable punto de querer arreglar el país con sus 4.500.000 de parados y a medida que pasan los días aumenta el número con la genial gestión aplicada por la ministra de empleo.
Las noticias de la mañana no eran precisamente geniales. Nada más ver en el estado en el que se encontraba su propio país no tendría más remedio que marcharse a otro país, a otro lugar donde el trabajo no faltara. Era duro decir esto, pero no tenía más remedio. Ya había echo todo lo que había podido, todo y cuanto pudo. Ni tan siquiera tenía ganas de tomar las tostadas y el café, se le habían quitado las ganas con las noticias, pero muchos decían:

-¡¡Qué guay!! ¡¡vivir en Madrid!! Debe de ser increíble.
Pero la realidad era a la vez tan triste que resultaba imposible soportar o ver todos los días que el comedor público no se llenaba solo con los mendigos, sino que ahora hasta se peleaban por tan sólo un plato de comida, y el rey de España mientras disfrutando su gran lujo de viajes, de sus barcos... y eso según él era preocuparse por su pueblo.
-¡¡Parásito real!! Ojalá te mueras de una muerte súbita
Apagó la radio y de repente sonó el teléfono.
-¿Sí?, ¿dígame? ¿quién es?
Unos cortes con la conexión impedían que no oyera absolutamente nada, tan solo varios cortes y bastante largos.

Al mirar en la nevera se dio cuenta que si una rata se hubiera pasado por su casa y abierto la misma habría tenido que marcharse porque medio tomate no le habría sentado demasiado bien para hacer la digestión.

Los días en la playa en casa de sus padres le habían sentado tremendamente bien, pero sin arreglar su genial situación económica que por desempleo se le acababa la ayuda, y esto era una brillante idea del presidente anterior que el nuevo presidente lo ha arreglado poniéndole fecha límite ¡¡Qué grandiosa idea!! una magnífica idea, y todo por la maravillosa gestión de nuestro queridos y maravillosos políticos que cada día se preocupan aún más por nuestro pueblo y no sólo eso, también se muestran con trajes de corbata que una persona obrera que cobra 420 euros no puede comprarse, luego piden paciencia al pueblo mientras ellos aprietan cada vez más y eso nota.
Ahora tendría que vivir de la renta de sus padres, aunque menos mal que vive con su tío en Madrid y que no tendrá ningún inconveniente en alimentar a su sobrino mayor, el hijo de su hermana favorita. Su tío gana un sueldecito decente con las pagas extras eliminadas o mejor dicho, inexistentes porque ni las ves: un aumento de su jornada laboral, disminución del sueldo, aunque espera que no se quede en 800 euros porque sino solo podrán comer tortilla toda la semana.
Y la verdad, es que apetece quiera o no saber lo bien que se vive cada día en este maravilloso país que cada día se huele aún más a... LIBERTAD. Una vez que dices una palabra en calidad de paz vienen unos amigos geniales vestidos de policías con porras esperando a machacarte y reventarte la cabeza, y eso es señal de proteger a la sociedad española con lo que está viviendo. El resultado es que cada día existen más ánimos y ganas de vivir en este mismo país.
Vuelve a sonar el maldito teléfono y con un poco de rabia:
-Oh, mierda. ¡¡Otra vez el maldito teléfono!!
Desde el cuarto que yacía vistiéndose, tuvo que dejar de ponerse la camiseta para traspasar todo el pasillo hasta el salón para coger el teléfono que se encontraba en una mesita al lado del sofá.
-¿Quién es?
Unos nuevos cortes largos volvieron aparecer al principio, y con la intención de colgar se escucha una voz a través el teléfono.
-¿Simón?¿eres tú? ¡¡Simón!! ¡¡no cuelgues!! ¡¡Soy yo!!
Contestó un poco sorprendido porque hacía tiempo que no sabía absolutamente nada de su amigo que se encontraba en no se donde, en no se qué sitio perdido en el amazonas.
-¿Carlos? ¿eres tú? ¿Carlos?
-Eihhhhh!!!Colegui ¿Qué tal?
-¿Dónde estás? Hace tiempo que no sé de ti. Desapareciste una mañana de julio sin decir adiós.
Suspira Carlos:
-Oye colegui. Te aviso porque por fin vuelvo a Madrid, además tengo algo que contarte. Estaré en unos días en Madrid y pasaré a buscarte.
-Aaaahhh no, no, no, no y no!! que cada vez que vienes a buscarme siempre comes de gorra en mi casa y hasta duermes.
-¡¡Sólo será unos días!! venga hombre, no seas cínico. Sí lo que te voy a contar te va a gustar.

Finalmente con decisión cuelga, cierra los ojos.
-Maldito hijo de puta, cabrón
Se ríe, abre los ojos, se pone la mano en la cabeza y continúa.
-¿Qué será lo que tienes que decirme ahora Carlitos? El gran problema de mi vida.

En efecto el gran problema de su vida. Carlos, su mejor amigo, así es como lo apellidaban en su familia nunca fue un alumno de sobresaliente, pero dentro de lo que cabe era más o menos un alumno buenecillo, conformista, pasota y un poco flojo, pero finalmente acababa aprobando con su ansiado cinco o seis algunas veces. Él decía siempre que algún día se superaría a sí mismo, pero no sé sabía nunca cual era ese día porque al final siempre se le acababa cogiendo cariño y... bueno, era algo trascendental al fin y al cabo.
Carlos estaba estudiando en la universidad, ciencias económicas, una carrera demasiado difícil para una persona tan floja. Todo el mundo creía que nunca aprobaría, que no duraría ni dos días, pero de repente un día tal cual como entró aprobaba sin problemas. Las matemáticas para él eran lo mejor de lo mejor, ni tan siquiera estudiaba porque nada más que con las clases aprobaba sin problemas. De vez en cuando siempre te pedía los apuntes, tantos años siendo amigos, pero Simón ya dejó de tenerlo en su misma clase cuando entró en la universidad.
Simón escogió derecho, aunque ser abogado no era precisamente una carrera que le gustara, pero había coincidido hace tiempo con un amigo de su padre que poseía un bufete de abogados, pero resultó que quebró y cerró el bufete. Ahora no iba abandonar la carrera, ya que se encuentra tercero de carrera.
Así que cuando acabe la carrera acabará como los miles de estudiantes que acaban sus carreras que se encuentran sobre-preparados y acabará en la calle firmando cada tres meses el carnet de paro que para lo único que sirve es para llevar la cantidad de parados que hay, y para que no se te pase la fecha para firmarlo que ya en una costumbre.
Había pensado en coger una de esas becas que pilla su amigo Carlos y marcharse un tiempecito fuera de su país y ver un poco de mundo. Quizás eso sea lo que necesite, quitarse la pesadez, la amargura para poder ver otra cosa y conocer otras culturas.

El ir a comprar todos los días le resultaba tan aburrido que ansiaba que empezara ya la universidad, y cuando empezaba la universidad deseaba que acabara para que empezarán las vacaciones. Aquellas amadas vacaciones que ni tan siquiera en las vacaciones había algo que te motivara, ni tan siquiera un simple trabajo porque los únicos que trabajaban eran los hosteleros que ansían con crujir al turista a más no poder, y aún así hasta al residente le clavaban un puñal de lo caro que le costaban las cosas.
Por la Gran Vía en un cartel se encontraba una huelga convocada, unas de tantas, por las protestas de los recortes de sanidad alarmantes a consecuencia del recorte de los funcionarios y la oposición como siempre se peleaba por coger cuanta más confianza del pueblo para los votos en las próximas elecciones.
Increíble pero era cierto que todavía no había conocido aquel que fuere político honrado como Marat que fue retratado por David, y que al final le costó la muerte por cambiarse la camisa al lado de Napoleón.
A medida que pasaban las horas parecía que el sol quemaba y aún así, en pleno septiembre faltaban unas semanas para empezar la universidad y todavía sin entregar la matrícula, pero con tanta tecnología punta tenía que ir a la universidad al fin y al cabo para entregar el resguardo de la matrícula. ¡¡Hijos de puta!!! Intentan hacerte la vida más fácil como por ejemplo reducir el gasto de papel y lo que no gastas en dar solicitudes, lo gastas en fotocopias. Se complican la vida intentando hacértela más difícil.¿Y si te equivocas en elegir grupo? Supuestamente tienes que ir al aula de informática, cosa que allí te lo solucionan todo, ¡¡¡Y un cuerno!! sueldos tontos que se están dado para gente que no hace absolutamente nada, gente que no tienen ni idea ni como funciona la página web de la universidad. Y Sinceramente, es por uno de estos motivos en los que estamos en donde estamos.


A la vuelta de la esquina se encuentra el super, el super de siempre, de toda la vida que cada día parecía que estaba más muerto que nunca, pero solo nos mantenemos los clientes fieles que no se venden tan fácilmente a tan atractivas ofertas que cuando los pruebas saben a mierda: productos industriales, comida pre-cocinada... Somos instrumentos de esa comida asquerosa hecha a base de estabilizantes, conservantes, y que supuestamente te sale más barato que hacerla casera, pero no se dan cuenta de que no nos están haciendo la vida más fácil sino nos están haciendo la vida más imbécil.
Cualquier día dejarán de vender productos naturales, cocinas, fogones... para vender simplemente microondas para que puedas hacer tu vida más inútil aún. ¿Donde quedó aquel salteado de verduras, el pisto que hacía tu madre, el cocido, los potajes, los fritos naturales...?
Lo hemos cambiado todo para hacer comida rápida que nos hace más propenso a las enfermedades como la obesidad, los infartos.... ¡¡¡Qué asco de vida!! ¡¡Qué asco de comida!!

Y cada vez más recortes de sanidad, así que si te pones enfermo necesitas esperar más tiempo. Siempre fue difícil entrar en el hospital como empleado y ahora, es difícil entrar hasta para un enfermo porque para una operación tienes que esperar casi más de medio año por las listas de esperas tan grandes y cuando por fin entras en quirófano todo parece tan rápido que en menos que canta un gallo sin curarte del todo te mandan a casita para que te las apañes, y si es necesario viene una enfermera pero como hay tanto recortes hasta tienen que establecerte un día para ir allí. ¡¡¡Asquerosa sanidad!!!, después de tantos años cotizados te lo agradecen recetandote medicamentos genéricos. Si te mueres no eres importante, pero si estás en pleno quirófano y llega urgente un miembro de la casa real te dejan solo a media operación para curarlo a él, y tu mientras con las vísceras en la mano derecha y en la izquierda el riñón. Esto debería de ser casi una pamplina, pero la realidad de la vida es esa e incluso algunos médicos se enfadan por que vas a su consulta por tonterías, pero si viene un miembro especial perteneciente a la familia de los gorrones les tratan como si fueran dignos de un trato tan benevolente y a ti te absorben...
Naturalmente no eran ganas de seguir adelante con las críticas tan ignorantes como le diría cualquier inocente a pesar de estar pasándolo mal: cobrando un sueldo mísero, sin trabajo... yq eu además pasaba a formar parte dándole su voto cada cuatro años al mismo gañán que se encontraba en el gobierno como en este caso el señor Marenas que supuestamente lo hace todo por el pueblo, pero cada día se preguntaba así mismo: Si Nicolás Maquiavelo levantara la cabeza en este preciso instante se volvería a morir de nuevo pensando en las inquietantes ganas e incesantes momentos de rememorar todo lo que había escrito para simplemente recobrar el conocimiento de que todo o mejor dicho en tanto tiempo que había empleado en pensar, escribir... no tenía ningún sentido ahora mismo. ¿Y que pensar de Platon y su famosa república? ¿o de el mismísimo Manuel Hazaña? Pobres infelices pensando en arreglar los desarreglos de los capitalistas y devolver la buena nueva o lo que le fue robado al pueblo.

Aquella vieja canción volvió de nuevo a su pensamiento recordando aquel viejo dicho que yacía el espectáculo desmesurado en el que un par de rateros legales habían enmarcado sus más exitoso plan de arreglar las cosas, pero sin olvidarse de sus propios intereses desquebrajados. Aquella canción que tanto jaleo dio que en el mismo escenario se repite una y otra vez con los mismos papeles, personajes, pero esta vez es diferente porque lo interpretan viejos actores que fueron en su día secundarios, y que ahora se han quedado con los papeles que dejaron los antiguos para coger los papeles protagonistas que hacían y deshacían las historias tristes y alegres a su antojo, mientras un espasmo de publico embobado sin hacer nada disfrutaba tristemente de la función en las primeras filas donde se podía ver y notar aún más las ansiadas actuaciones de aquellos actores con experiencia en representar papeles de esa calaña. Sin duda eran actores, pero también oradores que se empleaban a más no poder en mostrar todo aquello que querían oír sus fieles votantes o los nuevos votantes que se habían sumergido en una expectante bola de seguidores que habían dejado de seguir al anterior para volver a seguir al nuevo que a la vez es viejo y, de algún le resultaba al pueblo quizás un poco pesado, pero a la vez atractivo pasarse al bipartidismo de la segunda república, pero sin ensañamientos de un partido contra otro.

Hoy le tocaba quedarse cocinero, pero aún así su tío había llamado para decirle que su jefe deseaba que terminara un trabajo muy importante y que no iría almorzar a casa, así que esta vez almorzaría solo, aunque no es nada nuevo. No es la primera vez que come solo, aunque el silencio que invade su casa cuando no está su tío no es demasiado adulador. Odia estar solo, y lo peor aún le toca comer con el glotón de su gato que ya tiene 15 años. Un gato demasiado cariñoso y poco independiente, aunque podría decirse que es un gato bastante diferente a los demás, es como si lo entendiese.

En cada momento que se encuentra triste allá que aparece el glotón del gato de su tío que a fin de cuentas, es como si fuese suyo porque su verdadero dueño que poco caso le hace. Su presencia después de tres años de carrera se ha convertido en un fiel acompañante, es como si fuese un psicólogo, que escucha tus problemas. Cada vez que tiene problemas el siempre tiene algo que decir con sus graciosos bigotes que cuando están hacia abajo, le tira una mirada dura, la punta de su rabo se mueve con agitación y ten por seguro que es una manera de etiquetar y decirte lo gilipollas que eres, y si los bigotes se alzan hacia arriba con una acusada sonrisa, una mirada dulce es que lo estás haciendo bien, pero después de esas dos miradas siempre está siempre esperando una dulce caricia y una apetitosa galleta que devorar y encender la tele porque el minino después de dar su peque consejo quiere ver su programa favorito de dibujos animados: “Bob esponja”. Aquella esponja amarilla que le llama tanto la atención con aquellos acusados agujeritos amarillos y su inteligencia ridícula e insignificante. Aquel dibujito amarillo que se movía en aquella pantalla que mostraba unas pequeñas aventuras de una esponja encantada de su trabajo, pero a la vez explotada por un cangrejo con unas pinzas demasiado largas y grandes que dejaba embobado a cualquiera con esa sarasa amarilla que repartía el dibujo a todo aquel que lo miraba, pero unos golpes en seco en la puerta le sacaron de la estúpida aventura que se avecinaba en la historia.
Eran golpes acusados con un fervor efervescente que transmitían de que aquel que se encontraba detrás de la puerta pedía a gritos que le abriera urgentemente. El gato glotón se encontraba a su lado disfrutando de la maraña historia de la esponja amarilla.












domingo, 21 de diciembre de 2014

Retazos de una carta

Será la última vez que vuelva a verlo, será la última vez que vuelva a leer sus labios para resarcirse en una esfera de calor incandescente en el cual tan sólo ellos tendrían acceso a ella. Resarcirse en aquella nube de calor plena conseguirían tan solo como cada noche repartirse el deseo de sumirse en aquella gran bola, en la cual tan solo se sumergen ellos solos. ¡¡Qué recuerdos sumirse en aquellos lares!! ¡¡aquellas piernas, nalgas, amoríos inframundos...!! ¡¡qué alegría se pelechaba por allí!!

Por otro lado, él sumido en su desdén de intensos alfileres de recuerdos que se atañan a quedarse en su cabeza que con su fina punta consiguen quedarse en su cabeza para no volver a caerse, se agarran sin más para acabar en un simple recuerdo pesado que le impide seguir su vida con total tranquilidad. Como atañaba subirse a ese tren que tanto le gustaría subir, tener su billete para poder subir a él, pero siempre con la mala suerte encima que le obliga ha quedarse siempre en tierra. Y es que... recordarla le resultaba demasiado fácil, pero demasiado difícil de olvidar.
Absorto mirando la ventana pensativo echa de menos no haberse enamorado nunca de aquellas piernas tan suculentas, aquella falda corta que siempre se sentaba en frente de él, aquella mirada y aquella sonrisa sin más pudo con él.



No olvidará nunca aquella vez en la que su amiga Alicia se declaró ante él con una mirada, tan solo una mirada de pasión que acabó  con el rechazo por parte de él mismo. Alicia, su amiga, se llamaba como la chica del cuento, aunque era preciosa, tenía una melena corta y brillante con tono rojo que hacía juego con el pañuelo del mismo color que siempre llevaba para acicalarse del frío y, aunque era lo único que llevaba, aquel sórdido pañuelo rojo parecía más un abrigo tanto que eliminaba el frío y la humedad que con tanta suavidad se posaba sobre los cuerpos de la gente sin mediar sin más la opinión de nadie. Aquellas pecas que asomaban sobre su rostro blanco de no haberse nunca asomado ante los rayos de sol sobre aquel rostro pálido, y sin olvidar aquella mirada triste que lo decía todo. Risueña y alegre o al menos lo aparentaba, denotaba no haber tenido una vida muy alegre, llena de heridas y recuerdos que se ocultaban tras aquella apariencia. Heridas que se ocultaban sin más, pero volvían aparecer o quizás se hacían más grandes a las burlas de los demás. No era demasiado bella por fuera, pero por dentro sí que era hermosa.
Sus bonitos gestos de amabilidad y tesón acababan por mostrar toda su bondad hacía los demás, parecía no haber tenido nunca amigos o si los tenía eran pocos. No haber tenido esa experiencia de relacionarse con personas. Sentía muchísimo haberla rechazado, pero ojalá encontrara Alicia a su media naranja como ella solía decir siempre.
Él no era el indicado para ella... el deseaba a otra persona, aunque le pese lo que le pese aquella persona le había abandonado por otra, le había abandonado en una estación para coger otro tren que nunca cogería con él, uno diferente. Y allí plantado con la cara de tonto se quedó cuando se dio cuenta de que aquella chica por la cual suspiraba se había ido sin más y no había vuelto nunca.



Esa misma mañana recibió una carta que no había abierto. Su amigo Carlos le hubiera dicho: ¡¡Tú eres tonto niño!!
No podía concentrarse en aquel derecho romano que le esperaba con esas suculentas letras y una redacción semejantemente atractiva esperando a que hincara los codos para el examen, pero no lograba concentrarse. Aquel maldito recuerdo de aquella vieja hembra destartalante se asomaba con más fuerza sin poder eliminarla por completo.
Siempre había actuado con filosofía, había aplicado siempre la actitud adecuada en todo momento como aquella vez cuando Julia, una antigua novia suya del instituto, le había dado plantón y además de decirle que necesitaba aprender a darle placer a una chica y, que con lo pequeña que la tenía jamás lo conseguiría, pero aquella fierecilla llamada Julia acabó por simplemente ser absorbida y destruida como hizo en su día el suegro de Mahoma, Abu Bakr, calmando todas aquellas sublevaciones de aquellos tratados que hizo Mahoma en su día, pero a su manera consiguió que aquellas poblaciones no musulmanas bajaran la cabeza y le reconocieran como un sumo jefe, un califa que tenía toda la autoridad sobre ellos.
Toda su vida había actuado como tales personajes de la historiografía que se contemplaban en cada escena, pero esta vez no era una escena cualquiera, era una escena de dolor, angustia y un poco disparatada que de algún modo había perdido sus territorios por otros que parecían más suculentos. Aquel imperio egipcio que había perdido sus conquistas en Asia y todo por los pueblos del Mar. Quizás sonara un poco gracioso, pero sí su amigo Carlos estuviera delante de él le hubiera dado un pimporrazo y le hubiera bajado de las estrellas de un solo golpe para diferenciar los meros éxitos de la guerra y las conquistas para separarlas de su propia vida.



Por ahora el examen debía de esperar a septiembre, y empezó a leer aquella carta que la chica de las piernas y la falda corta que le había mandado. Nunca la olvidará. El gozo era demasiado para olvidar o mejor aún lo había olvidado.



"Querido pibón de oro", así empezaba la carta, así era como lo llamaba. El príncipio de aquella carta sonaba como si hubiese funcionado solo como un mero condón de usar y tirar. Y tenía toda la razón del mundo, lo suyo solo había sido puro sexo.



" Siento que lo nuestro hubiera acabado así. De hecho nunca pensé que lo nuestro hubiera acabado de esta forma, aunque en realidad nunca tuve la más remota idea de como sería el final de mi capítulo. No creo que te encuentres triste por no haber retozado aquel día, que lo hubiera cambiado por otro o por el simple hecho de haber acabado así haya sido un final fatídico. 



Me temo que te estartalaste demasiado al verme. Desde el primer día te dije que lo nuestro no iba a ser precisamente algo arrollador o brillante, algo deslumbrante, un amor placentero de los que duran toda la vida. Es cierto, que al principio jugué un poco contigo con las risas de mis amigas y demás, pero tú haciendo juego con aquella pardilla sonaba más a una parida de guerra.



Aunque he decirte tan solo una cosa: tus tumultos de hedor y diversiones nocturnas resultaban de un tanto relajante y sumidas en una humeante llama de calor que explotaba cuando creábamos aquella esfera de calor incandescente. Siento decirlo de manera poética, pero decirlo de otro modo me resultaría un tanto vulgar, pero por si no lo entiendes: Follas de puta madre.



Tu poesía se me ha pegado con tantos polvos, tantas cenas, tantas lecturas después del polvo que en realidad me resultaban un tanto pesadas, ya que mi única finalidad era aliviar aquella tensión sexual que enardecía por dentro de mi. Sinceramente lo único que me gustaba de ti era cuando follábamos en la cama, en el baño de aquella estación de tren o de la universidad... lo hicimos en tantos lugares que a veces llego a decírselo al oído a Gema y le pone demasiado. He de decirte que siento que te hubieras ido de mi casa con tanta violencia, pero a Gema la conocí hace poco y le hubiese gustado que te hubieses despedido de mi con un simple trío, ya que nos faltaba uno y ese podrías haber sido tú. A Gema le parecístes muy atractivo para la ocasión perfecta. 
Bueno, supongo que no contestarás a esta carta, pero al final la prosa queda sumida en esta carta, aunque sea corta o casi inexistente. 
Un saludo pibón."
¡¡Lo que faltaba!! lo había usado como un simple objeto sexual. Le resultaba muy poco halagador. Se había enamorado de una ninfómana sexual con tendencia al sexo femenino y a los tríos exasperados.
Era demasiado humillante para él mismo y, ¿qué le diría a su amiga de cara risueña Alicia? ¿a su amigo Carlos? le había comprado el anillo para empezar a salir juntos, le quería transmitir sus más puros sentimientos y ella le había esperado junto con una amiga para despedirse con un simple trío. Como si el no tuviera sentimientos, aunque su amigo Carlos se lo decía siempre:
"-Jaime, es puro sexo, no te hagas ilusiones. Eres una marioneta entre sus piernas"



Y sí, era cierto, era una marioneta y ella era su títere que lo manejaba en aquel teatro a su antojo. Todos lo miraban, era risa de un público infantil y adulto que se reían de el cada vez que se bajaba los pantalones y ella una títere demasiado atractiva para decirle que no, y como le hacía sentir o como conseguir levantarsela en menos de dos segundos. Aquella lengua suculenta que le acariaba siempre al principio de cada momento caliente su más preciado tesoro que conseguía que se pusiera más tiesa  que una locomotora a punto de estrellarse contra su más fiel y sincera estación, aquella estación femenina llena de vellos púbico o mejor dicho de calva púbica porque apenas tenía. Él era uno de esos hombres que añoraban el olor natural, y eso era lo que más le apasionaba de aquella chica de color castaño que suspiraba por él o mejor dicho por sus largos ambientes sexuales que le daba él a ella. Después de aquel estrello de locomotora siempre ella acababa por sumirse encima de el y atañarle un mordisco en el cuello que el gustosamente como si hubiese sido un orgullo se lo enseñaba Carlos y Alicia, aunque naturalmente después de saber que Alicia sentía algo por el siempre acababa por decírselo solo a Carlos. Sabía que de algún modo aquello le dolería a Alicia, aquella alma inocente con sumos y ganas de darlo todo, su querida amiga pelirroja, la única que había conocido y su mejor amiga.



Cuando el ambiente andaba cargado, aquella chica se convertía en una pantera deseosa de ser amada que descargaba todos sus más sentidos placeres y se sentaban encima de el, le hacían cabalgar en un carro sumido en un valle estartalante de olor a rosa y a jazmín. Cuando finalizaba aquel ambiente de risas, placer, calor de haber cabalgado en unas nalgas tan perfectas, de haber besado aquellos pechos que parecían dos montañas hermosas como la canción de Shakira, que cuando se estrujaban tenían un sabor ardiente que nada más que el podía notar. Siempre el acababa por leerle a ella un poema o un capítulo de algún libro apasionado de Wilde y ,nada más leer la carta a ella le parecía aburrido. Amante de la lectura, y ella en cambio, era amante del resplandeciente hedor a jazmín que impregnaba la habitación que de un silbido cuando las prisas le abrazaban se marchaba sin más con un simple beso en la boca y se lanzaba a los brazos de su expectante novio.



Al final resultó no entender cuales eran sus tendencias sexuales, aunque dados sus deseos, aunque estaba seguro de que sus tendencias eran más bien añoradores de la carne y el pescado. Había conocido a esa tal Gema meses antes de haber finalizado sus aventuras sexuales con ella, y solo de pensar que la había besado, había tocado cosas que esa tal tía había retozado en aquel cuerpo, en el cual su cuerpo quedaba sumergido en una aureola manchada por el asco que le producía aquella Gema con una cresta en la cabeza de color rubia y negra, varios piercings y tatuajes. Aquella punk sí que le producía asco. Aunque de algún modo le hubiese gustado mejor haberle dicho que sí a Alicia y quizás hubiese conocido aquella perpitaña persona, extraña y siniestra. Alicia era un alma errante, muy tímida y amante de la literatura. Ella hubiera amado aquella lectura o mejor aún a ella había que sacarle las cosas con sacacorchos, cuanto más tiempo pasabas con ella más la conocías, era como un baúl de los recuerdos como diría Karina. Para conocer a Alicia había que escudriñar en el fondo más profundo del corazón de Alicia.
Era una gran amiga, le hubiera querido con muchísimo orgullo, pero no la quería como para algo serio, no lograba verla como algo serio, una simple salida.







lunes, 3 de noviembre de 2014

Retales de un tren

Que lata es tener que subir al tren como cada mañana para ir al trabajo, resulta tan ensordecedor, y a la vez tan imponente y aburrido.
Cómo cada mañana todo se complica: tener que levantarse temprano, ver a las mismas personas de siempre que ya se ha convertido en una mera costumbre.
Ni tan siquiera se despide de su mujer, sale sin más, y con el frío y la oscuridad de la mañana aún se marcha lentamente a la estación de tren. Tiene tantas ganas de que lo trasladen de trabajo, que por una parte se quedó en Sevilla para no mudarse y rechazó el puesto que le encomendaba la empresa, hubiera ganado más sí, pero en este populacho pequeño que cada vez más atañaba a querer ser una ciudad grande e importante como en los viejos tiempos le hacía sentir cómodo. Quiere ser recordada por su pasado, pero no se han dado cuenta que convertirse en una gran ciudad requiere mucha responsabilidad y eso inquieta al gobierno local. Quieren hacer de una ciudad llena de mugre humana una gran ciudad de categoría que resuena a pantonfila.
Esta mañana se acerca el frío, no soporta ver como las pocas personas que caminan en las sombras de la noche resultan sentir el calor de la placida mañana oscura. Se ha llevado una chaqueta para quitarse el frío, el sueño y las pocas ganas de ir al trabajo le resoplan en el oído, las tentaciones de hacerse el enfermo le corroen por dentro.
Un ruido le asola por la oscuridad de la calle, visualiza alguien a lo lejos por la luz de la farola que ilumina la figura, tan solo ve una figura mancillada por la oscuridad, parece correr. El miedo le aturrulla por el cuerpo, la calle dejó de ser segura hace mucho tiempo, el escalofrío de aquel accidente aquella noche aún le añora. Nunca olvidará aquel momento ni aquel lugar ni aquella noche... tan oscura, teme que le vuelva ocurrir lo mismo, pero por un lado experimenta la sensación de que le vuelva a ocurrir, aunque no sea de buen grado que le suplanten los huesos con varios palos, pero le resulta encantador el tener que volver a ver aquella enfermera que tanto le cuidaba, aunque todo ese gran sueño que sufría todo se desvaneciera con el dulce olor y amargo de su mujer. ¡¡¡Que lata le dió!!!, no le dejaba ni descarsar ni un rato de su presencia. La pasión en su añorado matrimonio acabó siendo una pesadilla que de tan mal grado fue su matrimonio que ni tan siquiera sabe porque narices se le ocurrió con aquella morsa salvaje.
¡Lo típico! mujer extremedamente atractiva, rubia con ojos azules, unas caderas y unos pechos de infarto le hicieron olvidarse de que el matrimonio era una auténtica locura. El era feliz soltero y sin compromiso, sin nadie que le aturrulle, sin que nadie le dijera a donde dejar los calzoncillos, que colonia o que ropa usar en cada momento. Sería el solteron de su familia ¡¡qué feliz sería!! y eso que se lo pensó antes de marcharse a la iglesia, pero debió de haber tardado más de lo normal en la iglesia y haberla dejado plantada en el altar y haberse marchado a Alemania, haber retozado entre las nalgas de cualquier alemana, quizás hubiese sido un gran economista... rodeado de gente importante, sería un genio de la economía e incluso hubiera conocido a Merkel.

De tal momento considera que debería de bajar de las nubes y ponerse bien el manto de la impotencia ante la violencia. Aquel ser que se acercaba abrigado por la iluminación de la farola a lo lejos cada vez está más cerca y cada vez se confunde aun más con las sombras oscuras, y se acerca con un ritmo constante, sin parar, y teme perder su cabeza.
¿Debería de rezar porque aquel ser no le haga daño? le daría todo el dinero, no tiene absolutamente nada. No hay ni un alma en la calle y el miedo le invade por dentro. Siente que posiblemente sea la ultima noche que goze en su vida,  puede que sea el ultimo respiro por el cual su vida le obligue a decir adios a su pesadilla de vida justamente cuando iba a pedirle el divorcio a su mujer, y no resultaría.
Este motivo del divorcio de la pasión obstinada e inexistente de su matrimonio le daba vueltas en su cabeza constantemente, se colocaba sin más... pero se hacía la pregunta ¿qué haría yo divorciado? ¿a quién vería? Oh! sí, a Carmen, ella era la única que le sacaba la disputa del amor consentido que sentía hacía su mujer. Eso sí que era disfrutar de aquellos gozos entre semana. Era la única que se la levantaba y le hacía sufrir entre gozos de alegría, esos gozos de sufragante temerosidad de orgasmos le recordaban no estar correspondientes a su edad.

Consideraba que si alguna vez le llegara su hora sería retozando entre sabanas con una mujer extremadamente atractiva, morir del placer terrenal, eso sería su añorada alegría.
Prefiere mantener la mente ocupada en esas cosas antes que estar pensando en su final. Se acercará a el ese ser solitario, le sacará una navaja y el dará todo el dinero que tiene, le pedirá hasta el nuevo móvil que le ha regalado su hija por su cumpleaños, y ¿qué le dirá a su hija?, le quitará el anillo de oro de su tonto y asqueroso compromiso de boda que por un lado se lo regalaría de buen grado, y por ultimo quizás le quite el traje y los zapatos nuevos de color marrón oscuro...
Preparado para el desafío, le entregará absolutamente todo hasta el cordón de sus zapatos, cierra los ojos, aprieta la cartera que sostiene en la mano de derecha donde lleva todos los documentos del trabajo, suda como un bellaco, su final se acerca y quedará bañado por la fría oscuridad de la noche..., pero un ligero aire le pasa por la cara. El sigue andando, pero no le ocurre nada, parece ser que el ladrón se ha arrepentido.
Cuando su final se acercaba resulta de que el ladrón le ha perdonado la vida, se ha dado cuenta de que es un simple trabajador con una vida injusta que el mismo eligió. El ladrón lo ha castigado, le ha leído sus pensamientos y ahora ni tan siquiera le roba. Abre los ojos y mira hacía atrás, pero... FALSA ALARMA... era el corredor de todas las mañanas. Un vecino que corre todas las mañanas a esa hora... que mal ha quedado, ha quedado como un pardillo ¿qué pensaría aquel hombre cuando le viera con los ojos cerrados y temeroso de miedo? Seguramente habría pensado que se le habría ido la cabeza, aunque más ido estaría si le hubiese dicho que estaba casado. Seguro que le hubiera apoyado a no hacerlo, pero para mantener a papá y a mamá contentos de que su hijo era ¿un gran padre de familia? ¿que tenía la batalla ganada con aquella mujer? todos los días piensa en que sus padres eran muy felices casados, pero desde luego ellos nunca vieron la negatividad, pesadez y avaricia del matrimonio. El matrimonio implica una avaricia sugerente de tener ¿hijos?. Quería a su hija porque ya la había criado, estaba estudiando en la universidad, y eso le hacía quiera o no quererla, pero la putrefacción al verla nacer, aquel pensamiento de estrangularla y nublarla de su vida para siempre para no hacerle una vida más amarga de lo que ya lo es le estremece. No se arrepentiría de hacerlo, lo volvería hacer una y otra vez, pero finalmente no lo hizo. Cuando estuvo a punto de querer sacarla de su vida, apareció su cuñado necio para contarle sus absurdas batallitas pasajeras de lo que conlleva ser un simple cojo: que la gente lo mira mal, que si la paga se la han recortado... ¡¡qué le importará a el eso!!
Vaya camino... triste e insignificante. Aquella estación de estilo barroco le nublaba todo el pensamiento de fugarse. Quedaba sujeto a su vida de por vida, no conseguiría escarparse nunca de aquella putrefacta pesadilla y ardía sin más.
La fortuna se reía de el todos los días, aquellos años tan vanidosos en los que bailaba la unión cuando escuchaba la canción del hombre lobo ¡¡oh, añorados y hermosos tiempos!! como añoraba aquella morenaza que se le presentó en la fiesta delante de el, le cogió el culo y lo arrastró al baño para sacarle hasta el último aliento de sus entrañas... eso sí que era vida. Suspira recordando aquellos tiempos en sus flácidos pensamientos, aún hecha de menos esos tiempos... pero los olvida porque nada más de mirarse así mismo al espejo le produce un asco tremendo.


Justo ahora iría a ver al antipático de taquilla, pero como siempre todos los retazos de personas que llegan tarde se van de viaje... y tienen que molestarle justo en ese momento para comprar el billete para marchar a Córdoba, Sevilla, Jaén... ¡¡inútiles!!, tenéis que estar envenenando el tren con vuestro sucio y pantanoso culo en los asientos, quitárselos a los que verdaderamente vamos a trabajar.
Bueno, y no hablemos de las personas con las que coincide todas las mañanas a trabajar, a los que tiene que verles su espantosa cara que dibujan un sonrisa falsa diciéndote:

- ¡¡Buenos días!!.
Asquerosos falsos, un día te hablan y al día siguiente ni existes. Se sientan a tu lado en el tren y si no les saludas te miran mal, pero si ya no me saludas ¿para que voy hacerlo ahora?. Quieren un saludo por haberse sentado a tu lado, son tan falsos que no merecen ni un absurdo saludo ¡¡qué asco de gente!!, prefería que todos ellos murieran o se los tragara la tierra para que no sacaran su asquerosa sonrisa al mirarte. Cuando te das la vuelta siempre escuchas risas y pavores entre los más imbéciles, aunque hay otros que ni tan siquiera saludan, no se hablan con nadie. Esos eran los que valían la pena, los que no se ríen ni saludan a nadie, ni buscan el calor del saludo de alguien habitual.
Estaba tan acostumbrado a la gran capital cuando estuvo trabajando allí que no tenía ni tan siquiera el compromiso de tener que saludar a nadie. No conocía nadie,como cada mañana siempre había gente nueva, aunque de vez en cuando coincidía con alguien habitual, pero siempre andaban pensando en sus cosas.

Una vez subido al tren tienes que sentarte, buscar el sitio que te ha tocado porque sino luego llegan y te dicen con la cara de añojo espantado de por la mañana:

-Perdona, ese es mi sitio.
Y le tienes que sonreír porque luego encima te miran mal... y exigen encima su sitio. Levantas todo el tinglado, y te marchas a tu sitio, y con la mala suerte que te toca al revés y en un lugar donde se encuentran cuatro asientos donde no puedes ni estirar los pies, y tienes que mirarle la cara de mierda frita al de en frente que está ensimismado mirando el móvil... que empieza a mandarle mensajes instantáneos a la otra persona que tiene al otro lado del teléfono que sonríe cuando lee el mensaje del otro gilipollas que le ha mandado el mensaje.
Deberían de crucificar al genio que inventó el mensaje instantáneo.. oh!!, perdón, que el está anticuado, ahora se llama WASSAP o LINE o como coño se llame,  y los mensajes son gratis... y una mierda!! los mensajes los pagas tú, imbécil de la vida, lo que pasa que ahora tienen un chollo las telefonías móviles y te cobran la tarifa plana de internet por el doble... ¡¡niñatos panfilos que se creen muy chulos por tener un gran móvil!! ensimismados en una tecnología que apunta a que seamos más modernos y lo hagamos todo más cómodo porque ahora ya se puede comprar el billete de RENFE por internet sin tener que moverte de casita. Oh, sí, claro y luego con el móvil dicen:

-Mira, he comprado el billete por internet y lo tengo en el móvil.
-Y a mi qué me importa sucia sabandija pandillera.
El tren se pone en marcha, pero siempre hay alguien que no encuentra su sitio y se ha subido en cualquier vagón...
Solo hay tres personas sentadas: el pánfilo ensimismado en el móvil, él, y al lado de él hay un hombre que cada vez que empieza a leer un párrafo se queda dormido. Malditos aficionados a la lectura, quieren comportarse como un gran amante a la lectura, pero nunca lo consiguen. Enganchados a la tecnología se han dado cuenta de lo que conlleva tener una gran adicción a la tecnología y quieren probar suerte desenganchandose leyendo libros. Pobres ignorantes, nunca conseguirán apreciar la lectura como el lo hace, ni soñando.
Abre el portátil y se pone a trabajar en aquella mesa sin sitio para poner nada, la cartera la ha tenido que dejar en la estantería superior a su asiento, la chaqueta se la deja puesta porque el frío del aire acondicionado ha concentrado el frío polar en el vagón e incluso de buena gana se apretaría aún más la corbata.
La primera parada que hace el tren es el aeropuerto de Jerez, pero no se baja nadie. Aquella parada es peor que su calle solitaria. Aún es de noche y todo queda bañado en la oscuridad inmersa. Una estación muerta, para empresarios muertos que se han gastado un dineral en algo que no tiene sentido. Así son los políticos en Andalucía, gastan dinero simplemente por hacerlo.
El silencio baña todo el vagón hasta la siguiente parada "Lebrija", un pueblo de parados y analfabetos que no entienden ni tan siquiera que es es lo que es el silencio y el respeto... ni aún así sus añorad@s jóvenes conseguirían ensimismarse en lo que se llamaría estar al nivel. Seguirán siendo unos pardillos, sintiéndolo mucho por su padre que era de ese pueblo, pero no conseguiría nunca pertenecer al nivel que el llegó, y no porque no hubiera tenido la oportunidad de estudiar, siempre fue un párdulo al lado de suya, quiso ocultar su verdadera identidad de aquel pueblo para pertenecer a un sector de ciudad más selecto que nunca llegó a pertenecerle.
Sus ojos parecen haberse dado cuenta antes que al lado del ensimismado del móvil se ha sentado una chica joven con caderas muy pavorosas, con tendencia a las curvas exageradas, unas grasas panfletas que se sobresalen de la camisa. Sus ojos se encuentran, y prefiere evitarlo. La muchedumbre los aturullaría si supiera que siente algo por un ser tan insignificante como eso, no se le pasaría ni por todo el oro del mundo. Su gusto es más subersivo, más seductor, más agradable y más verdugo a la vez, su fantasía erótica lo había invadido y ahora se imaginaba retozando entre las sabanas de Christine Dolce, aquella modelo tan atractiva que le saca de sus casillas, pero no sabe porque no puede evitar quitarle los ojos de encima; unos pechos de infarto le sobresalen del inframundo, y le envenenan con su mirada de loco retozante de querer beberselos. El traje corto se pega a su cuerpo dejando transparentar las formas femeninas de su cálido cuerpo, y aquella pavorosa grasa  le deja unas formas deformes a través de la camisa. Desea que alguien la desee, desea que alguien se fije en ella y se olvide de sus constantes complejos.
El pelo rizado rubio le cae sobre los hombros, escucha música a través del móvil...parece ensimismada en su mundo musical sin darse cuenta de la aureóla en la que el está envuelta.

Siente el calor que le invade, se pasa la mano por el pelo grisáceo que le muestra el sudor de la frente, y evita mirarla intentando concentrarse de nuevo en su portátil, pero sus ojos vuelven a salir del documento para encontrarse de nuevo con aquellos ojos que se encuentran entretenidos en el móvil cambiando de canción. El calor le sigue invadiendo por todo el cuerpo, no sabe lo que le está ocurriendo y se limpia el sudor de la frente con el pañuelo que tiene en la chaqueta, y una mirada ultima de reojo por sus formas acaban en un cambio de piernas dejando ver el muslo.

Aquella bola de grasa maquillada le hace sentir a ella misma olvidar su aspecto y no sentirse castigada por su frustración de no ser tan delgada como a ella le hubiese gustado. Aprendiendo aceptarse así misma, le lleva de nuevo a la universidad, y esquivando de que alguien le lance alguna mirada negativa sobre su aspecto. La pesadilla que está viviendo le atavía en un sin vivir, comiendo sandwiches vegetales y comida vegetal en casa, haciendo ejercicio le hace olvidarse un poco de las grasas que le impiden sentirse en un ambiente más hostil y cómodo.

Por cualquier sitio que pasa siempre hay alguien que le mira con asco, pero ella no necesita o al menos lo intenta no necesitar a nadie que le quiera, ni la acepte porque tiene que aprender aceptarse, además ya ha perdido más de 20 kilos y aunque se siente mejor, pero su salud sigue en peligro, y quiere quitarse la idea de perder kilos por una estética pulcra que ocupa las mentes de todo el mundo castigando a los que no lo cumplen: anuncios de tv y prensa, miradas...
Intenta retener la idea de que pierde kilos por su salud y olvidarse de aquella dieta tan molesta que le impide comer con normalidad. Escucha música para no escuchar los comentarios absurdos y pensamientos molestos que se asoman tras las miradas de todas ellas... quiere sentirse bien por una vez, y la música parece distraerla,así que una buena canción de Lady Gaga le hace olvidarse de todo, un variado de The beatles, pink floyd, ranconteurs, Lilly Allen, Adele... y como no la estrella de su lista: Queen...  Todo ello le hace olvidarse de esas ideas pesadas que se suben en su cabeza, se adueñan de ella y le hacen comer más, de inyectarse una raya de azúcar convertida en una caña de un dulce chocolate que deja un sabor, además se le deshace en la boca...

El aún tras el portátil se vuelve a encontrar con aquella mirada que le mira indiferente. Sus pensamientos se nublan en otro mundo, padecen otro síntoma de la felación del gusto por la moda de sentirse aún mejor. Su sudor, pudor le van envolviendo como si fuera una manta férrea. Imagina como se entrentendría retozando sin dejar de pensar ni un solo momento en aquellos pechos, aquellas curvas seductoras y anormales que se estremecen, pero vuelven a sentirse menos pudorosas a la hora de salir y transformarse en sobresalientes y flácidas carnes cubiertas por el tejido de la ropa, mientras el siente como su acusada entrepierna escondida tras el suburbio oscuro de sus pantalones puede notar como empieza notarse como si de un suave subidón se tratase. Sin asomarse el ala tan descarado, el podía notar como parece reventarse el aturrullo de querer viajar por esas nalgas tan seductoras llenas de grasa.

Al fondo unas chicas parecen reírse sin parar de aquella chica y una mirada procedente de la otra fila lo mira con acusación de ser un viejo verde. Quizás dentro de el mismo asuma esa responsabilidad, pero desde luego no sabía lo que le ocurría por el calor que le invade, las ganas de retozar con aquella falda que asoma unos  muslos grasientos e incluso inquietos por las burlas de aquellas chicas. Los comentarios típicamente graciosos, resultaron ser un poco incómodos, aunque ella ya estuviera acostumbrada, pero el sudor que se le yacía, las miradas del hombre del peno cano y de las demás personas le hacía con impacientadas ganas de querer salir de allí.

Aquel pelo rubio teñido mostraba las raíces morenas de aquel tinte gastado, su pelo rizado calificante de aparentar tenerlo rizado dibujaban unas hondas que le caían por los hombros, aquel maquillaje que escondía una personalidad arrolladora y acomplejada, y la temeridad a la verguenza de haber enseñado unos muslos le causaba una aturrullo de timidez inquieta.

¿Pero como ocultar aquel subidón de su entrepierna? no sabe como, debía de ocultarlo. No le ocurre ya ni tan siquiera con su mujer. Aquellas fantasías eróticas y reticentes siguen apareciendo en su cabeza como flashes e intenta limpiar su mente y entretenerse mirando la ventana, pero sin querer  mira hacía el otro lado intentando encontrarse con aquel escote que deja ver un poco aquel canalillo llamativo para su pensar. Aún así en la parada de Dos Hermanas siente como le ha jugado una mala pasada puesto que asegura haberse manchado un poco los calzoncillos, los vellos se ponen de punta cuando advierten de querer probar un pellizco de aquellas carnes femeninas y no de aquel documento delante de él de finanzas. ¿Sé lo iba negar? por supuesto que sí, no tenía más remedio.
Ni que fuera una puta, le encantaría cogerla por la cabeza y darle la vuelta, demás penetrarle hasta que sintiera su miembro viril dentro de ella, chuparle los pechos y darle besos hasta en los ojos, pero era tan exagerado.

Hacía tiempo que ya no lo hacía con su mujer, y que ya no veía a Carmen, no tenía más remedio. ¿La cogería en el cuarto de baño? ¿hacía dónde se dirigirá? la idea de forzarla le parecía tan horrible, pero tan solo pensar en sus desánimos sexuales no lo soportaría ni un minuto más. Se estaba convirtiendo un animal sordido, y eso le envenenaba por dentro, no le miraría nadie...
Al salir del tren en aquella parada de San Bernardo tan oscuro, con tan solo la una pequeña luz que iluminaba solo una zona de la estación. Iría detrás de ella para cogerla en cualquier esquina de la calle... aquella idea tan temerosa y tan disparatada solo para satisfacer una de sus necesidades, aunque le hicieran ser un monstruo...

Mi boca no está hecha para estos oídos



 El mundo es algo inocuo para nosotros, e incluso influyente en algunos aspectos, seres humanos abstraidos por el ser de su sentimiento más puro e irreversible y locuaz. No voy a poner en duda lo que supone para nosotros el mundo, puesto que algunas criaturas que habitan la tierra son tan inferiores y sorpendentes que, a más de uno le pica la nariz queriendo absorver el olor más puro de la esencia del ser más diminuto de este lugar.
Al príncipio nos parecía demasiado vegetal, creíamos que la civilización era la mejor manera, pensamos que creer en seres superiores nos haría quizas... ¿más felices?, pero en realidad supone una contingencia del pensamiento, un lavado de cabeza como diría un nazi abstraído a la verdad locuaz.
Quizás, ha sido un comentario un poco radical de alguien tan liberal como yo, pero me supone un grandísimo error decir lo contrario. He de asumir que algunas veces, decoro mis textos con una finísima prosa a la que añado palabras que cuando terminas de leer el párrafo acabas dandote cuenta que no tiene sentido o que no tiene nada que ver con mi pensamiento, pero me siento a veces tan envenenado por la personalidad de Wilde, en el que dice cosas simplemente por lo bonito y esplendido que ha quedado el escrito, te cuesta borrarlo, aunque no lo sienta, pero he de reconocer que en realidad lo aplico poco e incluso en este texto ni en el anterior supone rastro alguno de esa prosa elocuente sin sentido y molesta que dificulta a veces la lectura de mis textos tan sorprendentes.
Hemos creado un mundo a base de destrucción, pero además de destrucción, seguimos asumiento que la destrucción es la mejor manera de seguir en este mundo, incierto, pero real. Hemos hecho de este mundo que se nos haga más llevadero como diría mi amigo NIETZSCHE, yo lo llamo el descuartizador del ser humano actual, hemos creado seres superiores a los que adorar, unas leyes divinas de esos seres inexistentes por esos trovadores falsos que se dedican a predicar una palabra, aquellos violadores de palabras, ladrones de mentes humanas que ser ven atraídas por ese sentimiento del ser superior que habita en el un lugar diferente y que además nos promete un lugar mejor ¿dónde está ese lugar mejor? No existe, ni tampoco existen aquellas leyes divinas de las cuales, una de ellas dice que amaras a tu prójimo, el respeto del uno al otro.
Me desperté del sueño hace mucho tiempo, me dí cuenta que aquella vieja mafia religiosa, la cual se sumerge en el mundo terrenal para mostrarnos los pecados que yacen en la tierra, los pecados a los cuales nos enfrentamos. Esa vieja estirpe y casta lleva muchos milenios en este mundo y la sigue habiendo, de diferentes religiones, apoyandose en el poder y no dejando que el ser humano piense con libertad.
Muchos dicen que la religión sirve para que el ser humano madure y pueda retozar en los gozos de lo terrenal, pero esto último es pecado, según dicen que el alma y el cuerpo son diferentes, cuando en realidad son la misma cosa: el cuerpo y el alma son lo mismo.
El sí mismo existe y debemos dominarlo, debemos de intensificar nuestro sentido humano y aplicarlo a nuestro más puro egocentrismo humano y, olvidarnos de aquellos seres irreales. Esta religión nos hace enfrentarnos entre nosotros, entre guerras y nos impide que seamos nosotros mismos. Los judíos esperan ese ser que los salve, pues bien, yo espero al superhombre que del cual respeta la naturaleza y ama al prójimo. Es la culpable de enfrentarnos a nosotros mismos, de odiarnos entre nosotros y a no encontrarle sentido al odio.
Pues bien, voy opinar, aunque no desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino que nos dice que el opinar es temer que lo contrario sea verdadero. En este mundo hemos creado tantas cosas irreales y sin sentido, que una de ellas, es la estética...
Hay varios tipos de personas:
-Los débiles
-Los que aparentan ser débiles
-Los que aparentan ser fuertes, influenciados por sus pensamientos negativos que difaman y envenenan todo lugar que pisan.
Y por último, el pecado capital del ser humano: PECADO DE SUPERIORIDAD. Este pecado es muy frecuente, seres que habitan en este mundo y que escupen veneno por todos los lugares que pisan, aunque definitivamente me parece elocuente y veraz que hagan esto porque estas personas me suponen un verdadero signo de debilidad. El pecado de superioridad suele ocurrirle a esos seres con hambre de destrucción al débil, pero esos tontos débiles no se han dado cuenta de que HOBBES dijo de que hoy en día se puede vencer al más fuerte con astucia... y como consecuencia ama a tu enemigo. Con sus malas lenguas influyen en la de los demas y escupen venenos de sus asquerosas bocas simplemente por problemas de inferioridad, y realmente tienen razón: son seres inferiores e invisibles para la sociedad, no han llegado ni a la mitad de lo que llegaría un Hoplita a sobrevivir en la guerra, en aquel medio hostil del ritual de iniciación al cual sometían al Hoplita para sobrevivir.
Son personas que debemos de rechazar puesto que no nos aportan nada, y me dan tanto asco y verguenza: ¿Hasta eso llega vuestro minúsculo cerebro? a juzgar a una persona por la simple apariencia. ¿Quién eres tú para juzgarme sabandija asquerosa? No eres nadie, eres una molesta mosca que cuando levanto el pie te aplasto, y desapareces. Son brotes de enfermedades, de muchedumbre, ratas indemnes que molestan a la población, deberían de haceros desaparecer de este mundo, ya que no pertenecéis a este mundo. Juzgan para vengarse de nosotros, para hacernos más débiles.
Pues bien, cuando vosotros miráis, fataseáis, reflexionáis, mirando hacia arriba, sobre lo que realmente sois cuando os llega el cerebro hacerlo, yo miro hacia abajo porque ya estoy en la cima, en lo más alto de la montaña. Lo que realmente me importa es que sigáis hablando de mi puesto que eso me da popularidad, y eso me hace pensar de que realmente soy tan importante en vuestras vidas que dedicáis tiempo en juzgarme. No importa que sean negativas o positivas, ahí pernopta la agonía de llegar a la cima donde yo estoy, pero no os dejaré que me hagáis caer, seguiré con la cabeza bien alta observandoos desde arriba, viviendo independiente, con mis propios pensamientos, con mi propia vida... sin necesitaros a ninguno. Yo soy inteligencia superior, aún no he encontrado a nadie que esté a mi nivel o más. Mi boca no está hecha para estos oídos.
Pertenezco a unos pocos, soy un ser elocuente y vivaz, que no me dejaré manchar por vuestras sucias palabras, por vuestros sucios juicios a los cuales me sometéis...Yo, seguiré arriba defendiendo la bandera de mi ser. Hace tiempo busco aquella persona que pertenezca a la inteligencia superior, que aprecie el saber estar en un lugar. Aquellos lugares de gozos que a vosotros os parecn divertidos, a mi me parecen realmente tontos. Me temo que ni mi boca ni yo estamos hechos para este mundo, pero por más que me pregunto y me digo a mi mismo: Si soy realmente superior ¿qué hago en estos lares?  Simplemente distinguirme de los que no aprecian el saber, de los que cuando empiezas un tema se abstraen y acabas charlando tu sólo del tema, opinando sobre un tema que nadie tiene conocimiento alguno. ¿Porque nací para ser alguien de este modo? ¿es que para la sociedad os parezco tan feo? ¿soy yo tan feo que os da risa mis pensamientos y mi apariencia? No me importa lo que penséis de mi, sigo arriba. ¡¡No me importa que me llaméis loco!! soy libre y, mientras que vosotros escupís veneno yo escupo palabras veraces, sabiduría...
El hombre está formado por amor y odio, pues bien, yo amo a mi enemigo, pero no como creeis, amo a mi enemigo por como me odiáis, como fluye vuestra envidia en vuestro ser, siento esa envidia que fluye por vuestras venas putrefactas y abstraídas por vuestro ser.
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Pues bien, esta fue la carta que escribió Lord Edington a sí mismo para simplemente darse cuenta de la prosa de sus palabras, para callar bocas apestosas que se encontraban en el club que habían difamado de el.
Creyeron ser superiores a el, pero a pesar de no hacer absolutamente nada, función de la alta clase social inglesa, llenarse de manjares, ir a cazar, burlarse de los vegetarianos, y sobre todo sentir algo... o mejor dicho curiosidad sobre Elizabeth Berkeley... ¡¡Que maravilla de mujer!! bastante arisca y muy rancia. Era la humana perfecta para sustraer de ella la ferocidad sobre la moda de ser como el. Tenía la certeza de parecerse a Henry Bottom.
Esta carta la escribió la misma tarde que salió del club, en su casa, para enviarla así mismo, a su misma dirección. Sonaba un tanto tonto, pero el enviarse una carta y que Joefrey se la diera  mientras toma el café y lee el periódico conservador las noticias más divertidas:
"LOS LIBERALES ASUMEN SU RESPONSABILIDAD PARA HACER DE UN ESTADO MÁS LIBRE"
Retozan al conservador, desalientan al conservador, que aspecto más sublime. ¿Qué será lo siguiente? ¿pedir derechos? Inglaterra está hecha para ser gobernada por un gobierno Oligarca, para que los nobles tomemos la economía, ¿qué sería de este mundo si Rogers Parker, liberal más estupido que ha conocido, dijera que bañarse en el Támesis era bastante alagador. Un congreso lleno de liberales que asumen derechos políticos. No, no, y no. Ahora mismo iba mandarle una nota a su amigo: Lord Richard Brenan, para decirle que había que acabar con esos liberales de golpe de una vez, insolentes espeluznantes, virus enfermizo e incluso plaga que se extiende como la peste o la gripe española. Iría más tarde a molestar a su querida prima Lady Kintbury y Elizabeth Berkeley. Al pronunciar este último nombre le parecía de los más atractivo, fugaz, enfadar a alguien como ella le resultaba realmente alagador y reconfortante.