lunes, 3 de noviembre de 2014

Mi boca no está hecha para estos oídos



 El mundo es algo inocuo para nosotros, e incluso influyente en algunos aspectos, seres humanos abstraidos por el ser de su sentimiento más puro e irreversible y locuaz. No voy a poner en duda lo que supone para nosotros el mundo, puesto que algunas criaturas que habitan la tierra son tan inferiores y sorpendentes que, a más de uno le pica la nariz queriendo absorver el olor más puro de la esencia del ser más diminuto de este lugar.
Al príncipio nos parecía demasiado vegetal, creíamos que la civilización era la mejor manera, pensamos que creer en seres superiores nos haría quizas... ¿más felices?, pero en realidad supone una contingencia del pensamiento, un lavado de cabeza como diría un nazi abstraído a la verdad locuaz.
Quizás, ha sido un comentario un poco radical de alguien tan liberal como yo, pero me supone un grandísimo error decir lo contrario. He de asumir que algunas veces, decoro mis textos con una finísima prosa a la que añado palabras que cuando terminas de leer el párrafo acabas dandote cuenta que no tiene sentido o que no tiene nada que ver con mi pensamiento, pero me siento a veces tan envenenado por la personalidad de Wilde, en el que dice cosas simplemente por lo bonito y esplendido que ha quedado el escrito, te cuesta borrarlo, aunque no lo sienta, pero he de reconocer que en realidad lo aplico poco e incluso en este texto ni en el anterior supone rastro alguno de esa prosa elocuente sin sentido y molesta que dificulta a veces la lectura de mis textos tan sorprendentes.
Hemos creado un mundo a base de destrucción, pero además de destrucción, seguimos asumiento que la destrucción es la mejor manera de seguir en este mundo, incierto, pero real. Hemos hecho de este mundo que se nos haga más llevadero como diría mi amigo NIETZSCHE, yo lo llamo el descuartizador del ser humano actual, hemos creado seres superiores a los que adorar, unas leyes divinas de esos seres inexistentes por esos trovadores falsos que se dedican a predicar una palabra, aquellos violadores de palabras, ladrones de mentes humanas que ser ven atraídas por ese sentimiento del ser superior que habita en el un lugar diferente y que además nos promete un lugar mejor ¿dónde está ese lugar mejor? No existe, ni tampoco existen aquellas leyes divinas de las cuales, una de ellas dice que amaras a tu prójimo, el respeto del uno al otro.
Me desperté del sueño hace mucho tiempo, me dí cuenta que aquella vieja mafia religiosa, la cual se sumerge en el mundo terrenal para mostrarnos los pecados que yacen en la tierra, los pecados a los cuales nos enfrentamos. Esa vieja estirpe y casta lleva muchos milenios en este mundo y la sigue habiendo, de diferentes religiones, apoyandose en el poder y no dejando que el ser humano piense con libertad.
Muchos dicen que la religión sirve para que el ser humano madure y pueda retozar en los gozos de lo terrenal, pero esto último es pecado, según dicen que el alma y el cuerpo son diferentes, cuando en realidad son la misma cosa: el cuerpo y el alma son lo mismo.
El sí mismo existe y debemos dominarlo, debemos de intensificar nuestro sentido humano y aplicarlo a nuestro más puro egocentrismo humano y, olvidarnos de aquellos seres irreales. Esta religión nos hace enfrentarnos entre nosotros, entre guerras y nos impide que seamos nosotros mismos. Los judíos esperan ese ser que los salve, pues bien, yo espero al superhombre que del cual respeta la naturaleza y ama al prójimo. Es la culpable de enfrentarnos a nosotros mismos, de odiarnos entre nosotros y a no encontrarle sentido al odio.
Pues bien, voy opinar, aunque no desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino que nos dice que el opinar es temer que lo contrario sea verdadero. En este mundo hemos creado tantas cosas irreales y sin sentido, que una de ellas, es la estética...
Hay varios tipos de personas:
-Los débiles
-Los que aparentan ser débiles
-Los que aparentan ser fuertes, influenciados por sus pensamientos negativos que difaman y envenenan todo lugar que pisan.
Y por último, el pecado capital del ser humano: PECADO DE SUPERIORIDAD. Este pecado es muy frecuente, seres que habitan en este mundo y que escupen veneno por todos los lugares que pisan, aunque definitivamente me parece elocuente y veraz que hagan esto porque estas personas me suponen un verdadero signo de debilidad. El pecado de superioridad suele ocurrirle a esos seres con hambre de destrucción al débil, pero esos tontos débiles no se han dado cuenta de que HOBBES dijo de que hoy en día se puede vencer al más fuerte con astucia... y como consecuencia ama a tu enemigo. Con sus malas lenguas influyen en la de los demas y escupen venenos de sus asquerosas bocas simplemente por problemas de inferioridad, y realmente tienen razón: son seres inferiores e invisibles para la sociedad, no han llegado ni a la mitad de lo que llegaría un Hoplita a sobrevivir en la guerra, en aquel medio hostil del ritual de iniciación al cual sometían al Hoplita para sobrevivir.
Son personas que debemos de rechazar puesto que no nos aportan nada, y me dan tanto asco y verguenza: ¿Hasta eso llega vuestro minúsculo cerebro? a juzgar a una persona por la simple apariencia. ¿Quién eres tú para juzgarme sabandija asquerosa? No eres nadie, eres una molesta mosca que cuando levanto el pie te aplasto, y desapareces. Son brotes de enfermedades, de muchedumbre, ratas indemnes que molestan a la población, deberían de haceros desaparecer de este mundo, ya que no pertenecéis a este mundo. Juzgan para vengarse de nosotros, para hacernos más débiles.
Pues bien, cuando vosotros miráis, fataseáis, reflexionáis, mirando hacia arriba, sobre lo que realmente sois cuando os llega el cerebro hacerlo, yo miro hacia abajo porque ya estoy en la cima, en lo más alto de la montaña. Lo que realmente me importa es que sigáis hablando de mi puesto que eso me da popularidad, y eso me hace pensar de que realmente soy tan importante en vuestras vidas que dedicáis tiempo en juzgarme. No importa que sean negativas o positivas, ahí pernopta la agonía de llegar a la cima donde yo estoy, pero no os dejaré que me hagáis caer, seguiré con la cabeza bien alta observandoos desde arriba, viviendo independiente, con mis propios pensamientos, con mi propia vida... sin necesitaros a ninguno. Yo soy inteligencia superior, aún no he encontrado a nadie que esté a mi nivel o más. Mi boca no está hecha para estos oídos.
Pertenezco a unos pocos, soy un ser elocuente y vivaz, que no me dejaré manchar por vuestras sucias palabras, por vuestros sucios juicios a los cuales me sometéis...Yo, seguiré arriba defendiendo la bandera de mi ser. Hace tiempo busco aquella persona que pertenezca a la inteligencia superior, que aprecie el saber estar en un lugar. Aquellos lugares de gozos que a vosotros os parecn divertidos, a mi me parecen realmente tontos. Me temo que ni mi boca ni yo estamos hechos para este mundo, pero por más que me pregunto y me digo a mi mismo: Si soy realmente superior ¿qué hago en estos lares?  Simplemente distinguirme de los que no aprecian el saber, de los que cuando empiezas un tema se abstraen y acabas charlando tu sólo del tema, opinando sobre un tema que nadie tiene conocimiento alguno. ¿Porque nací para ser alguien de este modo? ¿es que para la sociedad os parezco tan feo? ¿soy yo tan feo que os da risa mis pensamientos y mi apariencia? No me importa lo que penséis de mi, sigo arriba. ¡¡No me importa que me llaméis loco!! soy libre y, mientras que vosotros escupís veneno yo escupo palabras veraces, sabiduría...
El hombre está formado por amor y odio, pues bien, yo amo a mi enemigo, pero no como creeis, amo a mi enemigo por como me odiáis, como fluye vuestra envidia en vuestro ser, siento esa envidia que fluye por vuestras venas putrefactas y abstraídas por vuestro ser.
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Pues bien, esta fue la carta que escribió Lord Edington a sí mismo para simplemente darse cuenta de la prosa de sus palabras, para callar bocas apestosas que se encontraban en el club que habían difamado de el.
Creyeron ser superiores a el, pero a pesar de no hacer absolutamente nada, función de la alta clase social inglesa, llenarse de manjares, ir a cazar, burlarse de los vegetarianos, y sobre todo sentir algo... o mejor dicho curiosidad sobre Elizabeth Berkeley... ¡¡Que maravilla de mujer!! bastante arisca y muy rancia. Era la humana perfecta para sustraer de ella la ferocidad sobre la moda de ser como el. Tenía la certeza de parecerse a Henry Bottom.
Esta carta la escribió la misma tarde que salió del club, en su casa, para enviarla así mismo, a su misma dirección. Sonaba un tanto tonto, pero el enviarse una carta y que Joefrey se la diera  mientras toma el café y lee el periódico conservador las noticias más divertidas:
"LOS LIBERALES ASUMEN SU RESPONSABILIDAD PARA HACER DE UN ESTADO MÁS LIBRE"
Retozan al conservador, desalientan al conservador, que aspecto más sublime. ¿Qué será lo siguiente? ¿pedir derechos? Inglaterra está hecha para ser gobernada por un gobierno Oligarca, para que los nobles tomemos la economía, ¿qué sería de este mundo si Rogers Parker, liberal más estupido que ha conocido, dijera que bañarse en el Támesis era bastante alagador. Un congreso lleno de liberales que asumen derechos políticos. No, no, y no. Ahora mismo iba mandarle una nota a su amigo: Lord Richard Brenan, para decirle que había que acabar con esos liberales de golpe de una vez, insolentes espeluznantes, virus enfermizo e incluso plaga que se extiende como la peste o la gripe española. Iría más tarde a molestar a su querida prima Lady Kintbury y Elizabeth Berkeley. Al pronunciar este último nombre le parecía de los más atractivo, fugaz, enfadar a alguien como ella le resultaba realmente alagador y reconfortante.

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