lunes, 12 de septiembre de 2016

La cámara de los horrores del arte


La cámara de los horrores del arte así es como empezó el fatídico capítulo del arte y la fatídica crisis de un oficio al que hoy en día tiende a tener fama de ser extinto o acabado.
Llevo tiempo queriendo escribir sobre este tema porque considero que es un tema bastante difícil de tratar, no más importante que otros, pero sí considero que este articulo se revela con la mayor importancia de sí misma.

Uds se preguntarán porque le pongo este título o porque lo renombro de esta manera, y es que, no es de menester enjuiciar una materia tan poco atractiva para la población, ni mucho menos mencionarla, pero para otros atestiguamos profundamente que esta materia es tan importante como los problemas que nos rigen hoy en día.

Durante estos tres meses de verano he podido tocar esta materia y, me ha dado tiempo más que de sobra para poder citar la disciplina que tanto nos conlleva.
Cuando las vanguardias nos asolaron con su presencia, muchos se vieron cautivados con su fealdad, ordinariez, belleza o al menos que aunque nos pese el arte de vanguardias es precursor de ese maravilloso arte contemporáneo que hoy nos acompaña en tan agradable camino. Lo que me sorprende es ver a muchos personajes sociatas que se han visto con el horizonte tan abierto que han profanado con su sátira de comentarios insultantes para desprestigiar un arte que a muchos no les convence, insistiendo así en su fealdad y en su poca lectura, y es que, no quiere decir que el arte contemporáneo y vanguardista no se atañe a un atractivo poco común en el arte acostumbrado, pero también hay que comprender que la situación del arte ha cambiado porque el modo de relación con el destinatario ha cambiado, y el actual es: distancia - abstracción

Muchos aseguran de que el arte no es una buena salida para dedicarse a ella, también hemos tendido aplicar la teoría de W. Benjamín, aquella famosa teoría de la democratización de la cultura y aquellos valores que propaga la sociedad insulsa capitalista, que todavía sigue en vigor como diría Adorno, pero también tendemos a verlo todo como Shusterman que en su libro “el arte como experiencia” acuñaba a una línea continuista en el ámbito artístico.

Todo comenzó cuando el arte mismo ha sostenido en su seno un deseo a despojarse de todo, y convencido en poder conseguir así mismo su independencia, pero pudo por fin estar celoso de su propia autonomía, así mismo el problema del desinterés y de la vía poética y sistemática, incluida el arte pop el arte conseguía su independencia, pero finalmente hemos vuelto profundamente a una muerte segura.

Una muerte en la que el arte cuando por fin desplegó sus alas se vieron fácilmente cortadas a partir de los años 50 con la llegada del arte pop
, aunque su llegada concretamente esperada cuando el diseño industrial, la publicidad y los medios de masas se hicieron febrilmente con la decisión de tomar el control del arte y estetizarnos la vida y democratizarnos la entrada al arte.

Opino a que el arte limitado, el acceso limitado a estos escenarios era lo más acertado porque esto nos propiciaba a una despreocupación por la catetización, porque la democratización de la cultura nos conlleva a un problema y a una ventana:
por una parte nos lleva a que todo el mundo tenga acceso a ella, incluyendo los del mal gusto han podido hacerse un hueco y poder deslegitimar con sus insultos a una cultura contemporánea que ha producido un arte que nos refleja. Hemos llegado a una cultura contemporánea, pero además si la cultura nos llegaba a todos podíamos llegar a que todo el mundo pueda apreciar y a entender un arte que a muchos les viene grande.
No se debería de dejar entrar ni opinar sobre el arte a todo aquel que desprecia el arte contemporáneo de una manera tan violenta. Cada día nos encontramos a certeros amantes de un conocimiento tan bajo, al cual su entendimiento se lleva restado a una ventaja del entendimiento.
Ahora que la cultura se ha democratizado hemos dejado que la catetización invada nuestra vida no aceptando un arte que es acorde totalmente con los orígenes de esta sociedad, pero además el primer ataque conocido fue en 1937 en la galería de Munich cuando Hitler inauguró dos exposiciones.

Una de las exposiciones era dedicado a una arte clásico que llevaba tiempo muerto y acabado, desde que las dos posturas tanto la heterodoxa como la ortodoxa se habían dividido, y es que, ni tan siquiera la postura intermedia de Roger De Piles conseguía que tanto la vía empírica y la vía idealizada se reconciliasen, pero no resultó.
A lo que íbamos, Hitler en esa primera exposición elogiaba profundamente al arte clásico, mientras que en la segunda la habían denominado un certero título llamada la sala de la locura o salas de los horrores en el que se ridiculizó y se dañó así mismo al propio arte con sus enjuiciados pronunciamientos tan infames y poco acertados.
Aseguraban así mismo que este arte era producto de enfermos, farsantes y peligrosos, que contenía elementos bolcheviques y judíos que agrede a la belleza aria. Hitler en ese discurso se siente apoyado en Gleizes, ese mismo pintor que en sus comienzos sentía simpatía y producía un arte degenerado que el mismo ahora denunciaba. Esto señores, no es libre albedrío, y no podemos concebirla cuando la hipocresía reina. Derain también se sumó a este movimiento que calificaba a este arte como degenerado y producto de enfermos, asegura que estos personajes tienen un grave problemas en los ojos, y hace un desesperado elogio a Rafael. Hitler, a esto le añade que hay que estar loco para ver las nubes de color amarillo y la tierra de color azul.

Se hizo daño tanto al arte que pareciera que por culpa de este mismo totalitarismo volvimos atrás y la clase capitalista se hizo con el mismo arte, y en vez de seguir ahondando en el mismo se hizo viral la vía extensionista y volvió de nuevo la belleza clásica.

El movimiento de Dadá y el realismo decimonónico, cada uno a su momento, intentaron hacerse notar en la escena y dar sus gritos desesperados al mismo arte e intentar mostrar que de un tiempo a otro llegaríamos a este extremos.
Hemos acabado con un arte enfermo de las tecnologías y vacío por dentro, que de lo que tanto Platón se quejaba, de que el mismo acabase siendo finalmente un arte alejado de la razón y de la moral, pero muy cerca de ser vacío. La estética alcanzó por fin su estrellato, adelantó al arte y acabó abandonándolo dejando de ser crítico para promocionar un arte tan fácil de asimilar que no requiere del intelecto humano para su entendimiento. Aquel elogio a destacar de lo que tanto nos deleitaba Hegel y las pinturas de Friedrich acabaron teniendo una muerte segura.

Adorno con su radicalización artística nos explica que el arte contemporáneo no hay tenido más remedio que volverse abstracto para no ser contaminado por los valores que hoy en día solemos promover. Por ese motivo el arte se ha vuelto como hoy en día lo vemos.
Ni tan siquiera a esta misma obra de Picasso se puede elogiar de l
a misma manera como los elogian los que saben apreciar el arte. Es cierto que el gusto y la emoción es difícil que nos invada cuando se trata de este arte, pero si no existe tal la capacidad intelectual suficiente para poder juzgarlo, este arte se nos viene grande.

Así mismo acuño a lo que el Sr. Collingwood nos dice sobre el arte, y es que cuando el arte destinado a un fin no es propio de ser arte, por lo tanto si el arte es llamado solo y exclusivamente a ser llamado arte no debería de ser llamado arte utilitario porque para ser arte apoyo a lo que el J. Maquet un objeto artístico no tiene ninguna finalidad y que debe de ser destinado a la contemplación, pero también el arte debería de ser crítico, por lo tanto el arte crítico así mismo debería de llamarse arte, aunque hoy en día sea en cierta manera extinto.
Por lo tanto la conclusión a la cual podríamos a darle todo esto es que es el arte que hoy en día es aceptado por una minoría entendida de la materia y así mismo a una gran mayoría que acuña a una catetización de la cultura.

No podemos concebir hoy en día que el arte no pueda presumir de su autonomía ni de su nueva belleza, porque hoy en día hasta le hemos dado hasta premios a los anuncios de publicidad, con lo cual los valores que peyorativamente se extienden con la cultura contemporánea es de una gran absurdos y consumistas. Estos valores no son más que consumistas y propios del desinterés.

Así mismo hemos ido a peor, a tanto que el arte que hoy en día se hace es de poca calidad y pobre en contenido. Sí así mismo, después de todo mirásemos hacía atrás e intentáramos a modo de redención recuperar el arte deberíamos de eliminar la huella que los valores que hoy en día se han extendido y asentado eliminarlos y seguir haciendo el arte que se debería de hacer.

Deberíamos de dejar de llamarlo todo arte, de legitimar el arte y limitarlos. Las instituciones del arte deberían de cerrarse tan solo para los entendidos, así mismo los que no tuvieran acceso a ello querrían tenerlo y para ello, para obtener ese acceso deberían de cumplir ciertos requisitos mínimos que ellos mismos se encargarían en obtenerlo, con lo cual se solucionaría el problema de la catetización y por otro destetizaría el arte.



Pero por otro lado el arte al estar limitado, al ser un público limitado, esto implicaría que se estipulara unas normas por las cuales se debería de regirse el propio arte por el público minoritario que aplaude al entendimiento artístico.

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