La cámara de los horrores del arte así
es como empezó el fatídico capítulo del arte y la fatídica crisis
de un oficio al que hoy en día tiende a tener fama de ser extinto o
acabado.
Llevo tiempo queriendo escribir sobre
este tema porque considero que es un tema bastante difícil de
tratar, no más importante que otros, pero sí considero que este
articulo se revela con la mayor importancia de sí misma.
Uds se preguntarán porque le pongo
este título o porque lo renombro de esta manera, y es que, no es de
menester enjuiciar una materia tan poco atractiva para la población,
ni mucho menos mencionarla, pero para otros atestiguamos
profundamente que esta materia es tan importante como los problemas
que nos rigen hoy en día.
Durante estos tres meses de verano he
podido tocar esta materia y, me ha dado tiempo más que de sobra para
poder citar la disciplina que tanto nos conlleva.
Cuando las vanguardias nos asolaron con
su presencia, muchos se vieron cautivados con su fealdad, ordinariez,
belleza o al menos que aunque nos pese el arte de vanguardias es
precursor de ese maravilloso arte contemporáneo que hoy nos acompaña
en tan agradable camino. Lo que me sorprende es ver a muchos
personajes sociatas que se han visto con el horizonte tan abierto que
han profanado con su sátira de comentarios insultantes para
desprestigiar un arte que a muchos no les convence, insistiendo así en su fealdad y en su poca lectura, y
es que, no quiere decir que el arte contemporáneo y vanguardista no
se atañe a un atractivo poco común en el arte acostumbrado, pero
también hay que comprender que la situación del arte ha cambiado porque el modo de relación con el destinatario ha cambiado, y el actual es: distancia - abstracción
Muchos aseguran de que el arte no es
una buena salida para dedicarse a ella, también hemos tendido
aplicar la teoría de W. Benjamín, aquella famosa teoría de la
democratización de la cultura y aquellos valores que propaga la
sociedad insulsa capitalista, que todavía sigue en vigor como diría
Adorno, pero también tendemos a verlo todo como Shusterman que en
su libro “el arte como experiencia” acuñaba a una línea continuista en el ámbito artístico.
Todo comenzó cuando el arte mismo ha
sostenido en su seno un deseo a despojarse de todo, y convencido
en poder conseguir así mismo su independencia, pero pudo por fin estar
celoso de su propia autonomía, así mismo el problema del
desinterés y de la vía poética y sistemática, incluida el arte
pop el arte conseguía su independencia, pero finalmente hemos vuelto profundamente a
una muerte segura.
Una muerte en la que el arte cuando por
fin desplegó sus alas se vieron fácilmente cortadas a partir de los
años 50 con la llegada del arte pop
, aunque su llegada concretamente
esperada cuando el diseño industrial, la publicidad y los medios de
masas se hicieron febrilmente con la decisión de tomar el control
del arte y estetizarnos la vida y democratizarnos la entrada al arte.
Opino a que el arte limitado, el acceso
limitado a estos escenarios era lo más acertado porque esto nos
propiciaba a una despreocupación por la catetización, porque la
democratización de la cultura nos conlleva a un problema y a una
ventana:
por una parte nos lleva a que todo el
mundo tenga acceso a ella, incluyendo los del mal gusto han podido
hacerse un hueco y poder deslegitimar con sus insultos a una cultura
contemporánea que ha producido un arte que nos refleja. Hemos
llegado a una cultura contemporánea, pero además si la cultura nos
llegaba a todos podíamos llegar a que todo el mundo pueda apreciar y
a entender un arte que a muchos les viene grande.
No se debería de dejar entrar ni
opinar sobre el arte a todo aquel que desprecia el arte contemporáneo
de una manera tan violenta. Cada día nos encontramos a certeros
amantes de un conocimiento tan bajo, al cual su entendimiento se
lleva restado a una ventaja del entendimiento.
Ahora que la cultura se ha
democratizado hemos dejado que la catetización invada nuestra vida
no aceptando un arte que es acorde totalmente con los orígenes de
esta sociedad, pero además el primer ataque conocido fue en 1937 en
la galería de Munich cuando Hitler inauguró dos exposiciones.
Una de las exposiciones era dedicado a
una arte clásico que llevaba tiempo muerto y acabado, desde que las
dos posturas tanto la heterodoxa como la ortodoxa se habían
dividido, y es que, ni tan siquiera la postura intermedia de Roger De
Piles conseguía que tanto la vía empírica y la vía idealizada se
reconciliasen, pero no resultó.
A lo que íbamos, Hitler en esa primera
exposición elogiaba profundamente al arte clásico, mientras que en
la segunda la habían denominado un certero título llamada la sala
de la locura o salas de los horrores en el que se ridiculizó y se
dañó así mismo al propio arte con sus enjuiciados pronunciamientos
tan infames y poco acertados.
Aseguraban así mismo que este arte era
producto de enfermos, farsantes y peligrosos, que contenía elementos
bolcheviques y judíos que agrede a la belleza aria. Hitler en ese
discurso se siente apoyado en Gleizes, ese mismo pintor que en sus
comienzos sentía simpatía y producía un arte degenerado que el
mismo ahora denunciaba. Esto señores, no es libre albedrío, y no
podemos concebirla cuando la hipocresía reina. Derain también se
sumó a este movimiento que calificaba a este arte como degenerado y
producto de enfermos, asegura que estos personajes tienen un grave
problemas en los ojos, y hace un desesperado elogio a Rafael. Hitler,
a esto le añade que hay que estar loco para ver las nubes de color
amarillo y la tierra de color azul.
Se hizo daño tanto al arte que
pareciera que por culpa de este mismo totalitarismo volvimos atrás y
la clase capitalista se hizo con el mismo arte, y en vez de seguir
ahondando en el mismo se hizo viral la vía extensionista y volvió
de nuevo la belleza clásica.
El movimiento de Dadá y el realismo
decimonónico, cada uno a su momento, intentaron hacerse notar en la
escena y dar sus gritos desesperados al mismo arte e intentar mostrar
que de un tiempo a otro llegaríamos a este extremos.
Hemos acabado con un arte enfermo de
las tecnologías y vacío por dentro, que de lo que tanto Platón se
quejaba, de que el mismo acabase siendo finalmente un arte alejado de
la razón y de la moral, pero muy cerca de ser vacío. La estética
alcanzó por fin su estrellato, adelantó al arte y acabó
abandonándolo dejando de ser crítico para promocionar un arte tan
fácil de asimilar que no requiere del intelecto humano para su
entendimiento. Aquel elogio a destacar de lo que tanto nos deleitaba
Hegel y las pinturas de Friedrich acabaron teniendo una muerte
segura.
Adorno con su radicalización artística
nos explica que el arte contemporáneo no hay tenido más remedio que
volverse abstracto para no ser contaminado por los valores que hoy en
día solemos promover. Por ese motivo el arte se ha vuelto como hoy
en día lo vemos.
Ni tan siquiera a esta misma obra de
Picasso se puede elogiar de l
a misma manera como los elogian los que
saben apreciar el arte. Es cierto que el gusto y la emoción es
difícil que nos invada cuando se trata de este arte, pero si no
existe tal la capacidad intelectual suficiente para poder juzgarlo,
este arte se nos viene grande.
Así mismo acuño a lo que el Sr.
Collingwood nos dice sobre el arte, y es que cuando el arte destinado
a un fin no es propio de ser arte, por lo tanto si el arte es llamado
solo y exclusivamente a ser llamado arte no debería de ser llamado
arte utilitario porque para ser arte apoyo a lo que el J. Maquet un
objeto artístico no tiene ninguna finalidad y que debe de ser
destinado a la contemplación, pero también el arte debería de ser
crítico, por lo tanto el arte crítico así mismo debería de
llamarse arte, aunque hoy en día sea en cierta manera extinto.
Por lo tanto la conclusión a la cual
podríamos a darle todo esto es que es el arte que hoy en día es
aceptado por una minoría entendida de la materia y así mismo a una
gran mayoría que acuña a una catetización de la cultura.
No podemos concebir hoy en día que el
arte no pueda presumir de su autonomía ni de su nueva belleza,
porque hoy en día hasta le hemos dado hasta premios a los anuncios
de publicidad, con lo cual los valores que peyorativamente se
extienden con la cultura contemporánea es de una gran absurdos y
consumistas. Estos valores no son más que consumistas y propios del
desinterés.
Así mismo hemos ido a peor, a tanto
que el arte que hoy en día se hace es de poca calidad y pobre en
contenido. Sí así mismo, después de todo mirásemos hacía atrás
e intentáramos a modo de redención recuperar el arte deberíamos de
eliminar la huella que los valores que hoy en día se han extendido y
asentado eliminarlos y seguir haciendo el arte que se debería de
hacer.
Deberíamos de dejar de llamarlo todo
arte, de legitimar el arte y limitarlos. Las instituciones del arte
deberían de cerrarse tan solo para los entendidos, así mismo los
que no tuvieran acceso a ello querrían tenerlo y para ello, para
obtener ese acceso deberían de cumplir ciertos requisitos mínimos
que ellos mismos se encargarían en obtenerlo, con lo cual se
solucionaría el problema de la catetización y por otro destetizaría
el arte.
Pero por otro lado el arte al estar
limitado, al ser un público limitado, esto implicaría que se
estipulara unas normas por las cuales se debería de regirse el
propio arte por el público minoritario que aplaude al entendimiento
artístico.