Después
de tanto tiempo he decidido renacer de entre las cenizas sobre las
cuales enterré este blog. La principal razón por el cual creé este
blog fue para contar todo lo que habitualmente no suelo contar a
nadie y no lo hago porque el mero hecho de vomitar a una persona todo
lo que piensas o lo que se te pasa por la cabeza terriblemente y muy
a pesar nuestra puede llegar a ser realmente alarmante.
De
algún modo esto hizo que mi pluma renaciera y se desarrollara, que
las flechas tiradas por aquel ángel pícaro me haga soltar de golpe
en un papel con una pluma todo lo que pienso de golpe con su
sucesiva fina prosa. Para algunos les parece apaciblemente
sarcástico y para otros les parece alucinante, y yo en mi opinión
no sé si este blog tendrá algún fin en particular. Hubo un tiempo
en el que mis escritos eran de lo más sarcásticos y críticos, e
incluso dañinos, pero los eliminé porque pensé que era la mejor
manera de hacerlo, ocultar la verdad en una caja con un candado para
que nadie pueda leerlos. Quizás esa sea la manera de poder
censurarme y ocultar ciertas opiniones a las cuales me abstengo.
Durante
todo este tiempo he tenido unas ganas tremendas de soltar algo que me
lleva rondando por la cabeza, pero esta mañana como si nada han
desplegado sus alas y se han mostrado ante mí. Mi pluma con dulzura
y perspicacia ha sabido en todo momento tentarme y mirarme como si
tuviese vida propia. ¡¡Qué tontería!!
Una
noticia ha llevado llenando nuestras parrillas en todos los medios un
par de meses o más, los ludopatas han vuelto de nuevo, han llenado
sus ansias para volver a pelearse por los enseres del poder, pero sin
ir más lejos ahora como siempre han manejado a la masa con todas sus
ansias para poder manipularla y jugar con ella, ser los reyes de su
terreno y así dejar que los que gobiernan realmente son las masas,
mientras ellos apaciblemente sueltan polvos de odio hacía el resto
que no comparten sus ideales.
Las
parrillas de comunicación llevan tiempo paralizadas, hace tiempo que
dejaron de tener su propia opinión. Ya no podemos encontrar a ningún
Marat que rescata de entre los muertos las noticias que merecen ser
llevadas a la luz para que la gente lo sepa, ahora todo el mundo
pertenece a una orilla diferentes. Nos encontramos uno frente al otro
pero separados por un hondo mar, pero cuando intentamos poner el
hombro siempre aquellas palabras acaban en nada.
Ciertamente
considero que las ideas política se hizo con el fin de hacer
arrodillar a los súbditos y el señor seguir siendo señor, seguir
llevando los hilos. Acabamos siendo esclavos de esas opiniones
metódicas en el que los ludopatas adquieren mayor poder y para ellos
nos necesitan, son aduladores como decía Nietzsche, se colocan en
medio de la plaza y empiezan a hipnotizarnos con sus palabras, con
sus prosas como si fuesen anuncios de la tele, mientras nosotros
quedamos embobados mirando y convirtiéndonos en los seres más
fieles, e incluso más que un animal, mientras los medios solo nos
muestran lo que queremos oír, y nosotros nos lo creemos, nos creemos
solo una verdad que no existe en la propia verdad desconocida. Al
final nunca acabamos conociendo esa verdad, porque siempre acaba
siendo desconocida.
Nací
en una tierra en el que la fama y el dinero son los que tienen la
ultima palabra. Siento lastima por este país, porque este país que
cada vez se va desmoronando por unos ludopatas que van manejando
aquellos hilos a su antojo, mientras van sosegándonos con su hoces
obligándonos aceptar. Nos colocan y nos enredan en sus hilos
haciéndonos pensar que ellos son nuestros protectores y nuestros
jueces, que ellos impartirán justicia por nosotros, pero la realidad
es nula. Miles de casos de corrupción salen a la luz, siguen
poniendo más hilos para mantenernos callados y que no nos
levantemos, siguen poniéndonos más obstáculos para que nuestras
quejas sean en vano.
Nos
hemos convertido en seres tan dóciles que parece que no tenemos
opinión, nuestras quejas solo se interpretan como meras pequeñas
quejas de malestar que al final acabamos aceptando y llevando con
nuestro propio peso, una piedra más que llevar a nuestras espaldas y
no nos importa porque ellos son nuestro protectores.
Ponen
leyes que no nos levantemos, eso conlleva a un pequeño comentario
para que los ludopatas no nos escuchen, hay que dejarlos jugar en la
mesa de póker, ellos saben lo que hacen y seguimos quejándonos pero
nunca damos partida.
Y
cuando nos quejamos oficialmente lo hacemos en silencio para no
molestarlos, para que los ludopatas nos escuchen con ese fino oído
que tienen, pero ellos solo nos dan la espalda. Solo decimos:
- Shhhh!! silencioPero cuando sale un comentario en alto inoportuno que toma la voz hay que hacerlo siempre callar porque eso puede ser peligroso.
Es
un teje manejes de los ludopatas. Restriegan sobre nosotros toda su
ira, pero nosotros lo tomamos algo aceptable, pero nunca nos paramos
en pensar en porque somos tan dóciles, parece como si ese ángel
maligno hubiese bajado de los cielos nocturnos para darle la pócima
y mantenernos muertos, dóciles, domesticados, siempre fieles, sus manos y palabras pareciese como si entraran dentro nuestra para convertirnos en sus perros fieles. Nos
quejamos, pero solo son quejas sin importancia porque al final
siempre seguimos manteniéndonos fieles. Lo cierto, es que siento
miedo y lastima. Nos quedamos pasmados mirando el reloj de arena,
pero la gracia es que el tiempo se acaba y la última gota ya es
demasiado tarde.
Muchas
veces me paro a pensar en donde estarán esas ganas de vivir a tope,
donde están esas grandes quejas, donde están esa revolución que en
ocasiones se levantaron para darle legitimidad a algo que se nos fue
arrebatado ¿dónde está? Somos perros domesticados, somos gatos...
somos sus propias mascotas.
Nos
arrancan la voz a bocajarro, nos arrancan los ojos de cuajo... y no
nos importa y todo por culpa de esa maldita fórmula que aquel ángel
maligno les dio. Espero que cierto anhelo que llegue el momento, ese
momento en el que momento, nuestro momento se nos fue arrebatado, ese
momento en el que teníamos alas y podíamos volar a nuestro antojo,
que no éramos esclavos de la opinión de los ludopatas. Aquella
sarta individuos hartos de la situación social, de los privilegios,
de las asfixia, de las limosnas... cansados de todo. Alguien tendrá
que escuchar todo esto, alguien algún día escuchará todo esto.
Este
texto no es lo más preciados, ni mucho menos de los mejores. Mi
inspiración descansa y se descansa, creo que la he explotado
bastante en algunos asuntos no relacionados con este blog y ansía un
descanso temporal.
Tampoco esperes de mi un gran título, nunca se me dieron bien.
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