miércoles, 11 de octubre de 2017

El último adiós

Una pinza en el pelo y todo habrá terminado, lista para emprender el camino de la rutina. Coge las llaves, la chaqueta, el bolso y sale de casa como siempre a menos cuarto. Lleva el tiempo milimetrado, todo lo lleva al tiempo: se levanta a en punto, en un cuarto de hora se habrá vestido, desayunará y se aseará para estar preparada a y media. Pero hoy eso no va a ocurrir, hoy es una de esas mañanas en las que se levanta con pocas ganas, se le han pegado las sabanas y, su gato se posa en su cama cuando tarda más de un cuarto de hora en levantarse, y la llama con un maullido que retumba en sus oídos. Si no se levanta el correrá a sacar las uñas de su mano para pasarselas por la cabeza. El tacto de las uñas felinas hace que sea aún más incómodo conciliar el sueño y, no tiene más remedio que abandonar el placentero mundo de los sueños.

Una cara de zombie asoma en el espejo, las ojeras no podían ser más grandes, el sueño invade sus ojos y nubla su mente e intenta traspasar las barreras entre el mundo de los sueños y la realidad, mientras que unas patitas muy suaves la despiertan dandole en el brazo. Necesita unos minutos para asimilar y dejar el trance del sueño atrás para entrar de nuevo a la realidad.

Las 08:22 a. m. el gato apura con ansia los ultimos granos de su comida, pero esas ganas de llenar el estomago otra vez le llevan a que su dueña le niegue que el plato de comida se llene de nuevo.
No le da tiempo a desayunar, tan solo una triste taza de leche fría con unas galletas rotas que se encuentran en el fondo de una bolsa aplastada por unos platos.
La organización nunca ha sido su fuerte: los platos encima de una bolsa de galletas rotas, los vasos en un mueble junto con las legumbres, mientras que en el lugar donde debería de estar los vasos en un estante aparte.
El pan se encuentra detrás de la puerta cuando debería de encontrarse en un pequeño mueble nuevo que acaba de comprar para el mismo.
Las verduras se encuentra donde está la carne, mientras que donde debería de estar la verdura está la chacina y los huevos ocupando un sitio inútil en la nevera cuando en realidad deberían de estar en la huevera. La sal con el azúcar en una estantería superior junto a una hucha que contiene dinero.

El vaso de leche acabado junto con los cacharros de la noche anterior en el fregadero, y esto que...tampoco podríamos hablar de una gran limpieza. El día anterior fue un día duro o al menos para ella, el día no acompañaba a su estado de ánimo. El día soleado de ayer se convirtió en un auténtico infierno. Es posible, que los alabeados pájaros que adulan su pan como cada mañana la esperaran sin más dilación y las ganas de llevarse al menos un trozo de pan a la boca se vierán poco arrimados a esa idea. Probablemente se preguntarían el porque no fue ayer al parque a comer como siempre hace, ella se comunica con ellos mediante pensamientos que flotando en forma de burbuja llegan a la cabeza de estos animalitos y estos le responden de igual manera. Aunque no sea real, aunque todo lo que ella piense sea mentira, prefiere vivir su mundo de fantasía antes que la realidad, quizás eso suene a cobardía, pero ella es tan débil que se considera así misma una cobarde, es la única manera de no pensar.

Ahora marcha al cuarto de baño, se lavará los dientes,a continuación se maquillará para ocultar su pequeñas pecas marrones que se muestran en su rostro, sus labios finos y pequeños, una raya de ojos negra delimita el parpado del ojo hasta el extremo del mismo, la tez palida y esas ojeras de zombie se las ocultará con un poco de corrector, mientras que el rostro mejorará un poco con una pizca de base y unos polvos que le darán color. No usa colorete. A pesar de todo, uso escaso, pero lo hace solo porque así se oculta así misma, oculta su personalidad y su forma de ser, aunque nunca muestra a nadie realmente como es. Su timidez le recuerda siempre aquellos malos recuerdos de su infancia, hasta su aparencia le recuerda a lo mismo, no se quiere demasiado. Debe de ser extremadamente malo el tiempo para dejar que sus heridas se abran, y en muchas ocasiones el tiempo deja que se abran sus de nuevo para dejar aflorar el dolor, aunque ella intenté ocultarlo, siempre acaba su ojo por desprender al menos una o dos lágrimas,  pero ahora no hay tiempo para ello porque son 08:47 minutos, llega tarde, y los minutos corren. Se encuentra a 20 minutos de la estación de tren y el tren pasa a y 09:15 minutos.
 
Ni tan siquiera sabe porque corre a pesar de la hora o porque se le ocurre ir, si ha perdido las ganas de seguir adelante. ahhh sí!! se da  sus pequeños empujones para que su familia no sospeche nada, es una especie de disimulo para que noten que las cosas van como ella quiere que vayan. Le recuerda a la heteronomía de la modernidad artística en el que una de las ramas trataba de revestir el mundo de fuera como a ella le gustaría que fuesen, ocultando la realidad efímera. Su vída la plantea como si fuese el plano de un edificio donde hay pasillos con muchas habitaciones, pero depende de que puertas quieras abrir o cerrar. Hay veces que se abren, puertas que se abren solas, aunque le gustaría poner candado en alguna, pero no lo hace. Cierra la puerta al problema, pero al más mínimo detalle la puerta se abrirá y dejará abierta viejas heridas y probablemente abra nuevas heridas y, esas nuevas reforzara las antiguas y eso dará lugar a un daño mayor.

El tiempo corre en su contra. Una vez escuchó a alguien decir:
"Inicialmente los caminos de la vida son de color de rosa. Los obstáculos que se plantean son fáciles de esquivar, pero llega un momento en que la amistad, el amor... se pierde y, fue cuando me dí cuenta de que en el camino con dirección a mi destino descubrí de que aquello era el camino de la superviviencia, después de ver lo que estaba viendo allí llegué a la conclusión de que no se está tan mal ir vestida con el manto de la soledad."

¿Un sabio? ¿un dios? no, no... no era un dios, pero probablemente fuese alguien que supiese demasiado de la vida. Era un personaje de ficción que le había atrapado. Se identificaba mucho con el porque parecía en cierto modo que su vida había sido escrita en un libro. Por una parte se sentía feliz porque probablemente en su mundo alguien sabía de ella la había plasmado en el libro, había visto en ella algo que los demás no veían ¿Talento? ¿creatividad? ¿inteligencia?... pero por otra parte debía de bajar del mundo en el que se encontraba para visionar la realidad. Era una mera coincidencia, aunque en más de una ocasión el director de la película "fuera del cuerpo" probablemente tuviese razón: viajar a una segunda realidad para poder saber, ver, darnos cuenta de todo lo que estamos haciendo de bien y  en que nos estamos equivocando ¿pero de verdad equivocarnos es lo correcto? probablemente nuestra vida esté llena de erroresde dificil corrección. Algunos dicen que los errores nos dan libertad para sanarlos en un futuro estos mismos, pero la realidad no se nos presenta de la misma manera. La idea de todo es que seamos exclavos de la vida... sí, exclavos, aunque parezca lo contrario, lo somos.

Volviendo a la rutina el tren está más que completo, así que se ha quedado sin plaza, pero formaliza para el siguiente. Preocupada se encuentra porque no volverá hasta las cuatro y veinte, y su gato no podrá comer hasta medio día, aunque si le hubieses echado por segunda vez se lo habría comida. Era un gato tranquilo, no había de que preocuparse, pero de su segundo animalito no. Era una férvil amante de los felinos y tenía un segundo gato negro, pero más arisca y sosa que las propias coles y, este felino tan oscuro era capaz de destrozarle el rollo de papel higiénico que se encontraba en la taza del váter ¿y que hace un rollo de papel higiénico en la taza del váter? debería mejor de no contestar a eso, como tampoco debería de contestar a esos maravillosos pendientes dejados sobre la mesilla de noche sin guardar que a saber donde aparecerán o de las cortinas que probablamente cuando llegué se las encuentre más que rajadas de haberse columpiado en las mismas. Sí, su vida es un desastre, pero ahora lo que le queda rezar y tomarselo con pura filosofía.

Nunca fue demasiado creyente, así que eso de ir a iglesia, leer la biblia y demás era bastante pasable. Su única religión se llamaba literatura y escribir era una de sus grandes aficiones. De vez en cuando algún relato caía en su blog digital que estaba asociado a su correo y, en el escribía opiniones personales y relatos sin acabar. A este último le gustaba dejarlos sin acabar porque era la manera de que el propio lector le pusiera un final a cada una de las situaciones que en el propio ella proponía. A cada lector le surgía un final diferente y quizás eso era lo que le emocionaba, le animaba a seguir escribiendo, aunque esta actividad de algún modo le hacía alejarse de los demás, pero no le hacía daño alguno. Esta actividad le ayudaba a motivarse, a vivir el día a dia a su manera, el buscar un lugar donde esconderse de todos y de cada uno para no volver nunca más a la realidad, aunque siempre la puerta se abria sola cuando llegaba el momento del fin en el que la propia luz que traspasaba la puerta abierta a su mundo, como si de un mal despertar se tratase, lograba arrancarla de ese mundo para llevarla a vivir la realidad, a sentir lo que ella al fin y al cabo era.

Da paso a sentarse en el primer rinconcito que encuentra, asiento libre, pero el tren medio vacío, aunque más tarde se subirán, pero aprovecha a subirse en el porque al siguiente llegará tarde y, eso que le descuenten dinero por llegar tarde o que le echen la bronca prefiere curarse en salud. Una vez dentro reza para que nadie la levante. Si fuese un dibujito una gotita de sudor le bajaría por la frente para que no la levantaran.












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